Poco o nada es el trabajo que realiza el Ministerio Público del Fuero Común en la ViceFiscalía General de Justicia en Ciudad del Carmen, y es que Esbereydi Lozano quien fuera víctima de intento de intento de feminicidio por parte de José Mimbela López y Gabriela Cuevas Díaz, hace dos años y ocho meses, hasta la presente no procedimiento en contra de los presuntos responsables. En la versión de la parte afectada, indica que fue el 18 de febrero del 2019 en que Mimbela López la agredió a golpes y luego con arma de fuego, para luego dejarla tirada en el suelo con sangre, donde presumiblemente estaba muerta, sin embargo, fue José Mimbela quien la llevó un hospital, para que fuera atendida por los múltiples golpes en la cabeza y los disparos de arma de fuego que presentaba.
Y aunque sus agresores quienes cuentan con orden de aprehensión, siguen huyendo y han sido vistos en Mexicali, Baja California, el personal de la Fiscalía del Estado haga algo por detenerlos y es que en vez de boletinear a las autoridades de ese estado, los ministerios públicos no les interesa y le piden que lleve documentos y se les traiga porque ellos no tienen tiempo. Dijo que ha hablado con la vicefiscal en Carmen, Yadira de los Ángeles Arcos Cruz, sin embargo es nula la respuesta, expresó que ojalá y el Fiscal General, Juan Manuel Herrera Campos, intervenga y de solución ante está situación.
Al continuar, agregó que su esposo José Mimbela y Gabriela Cuevas huyeron de la ciudad y las autoridades de Campeche se desajenaron de la orden de aprehensión debido a que el hermano de dicho presunto agresor, trabaja para la misma ViceFiscalía en Carmen y obstaculizan toda la investigación, porque ahí si hay el apoyo, pero no para quien es afectado. Incluso José Mimbela (Padre) quien fue encarcelado por ser cómplice de su hijo, hoy goza de privilegios dentro del Centro de Readaptación Social de Carmen (Cereso) porque es uno de los presos que tienen acceso a un teléfono inteligente y puede estar en contacto con su familia. Y entonces donde está la justicia para los pobres, porque para quienes tienen dinero si la hay.
Por José Pacheco