Macario y Maran, músicos de cantinas y corredores turísticos del centro de San Francisco de Campeche nunca imaginaron que la pandemia por COVID-19 los orillaría a tocar en las calles, con la esperanza de recibir alguna moneda de los ciudadanos.
Tras más de una década de tocar este año ha sido el más duro para sus vidas artísticas y sus percepciones económicas, pues se han quedado si su principal público, los aficionados a tomar bebidas etílicas acompañadas con el apasionante sabor de las botanas de los bares.
“Nosotros a esto nos dedicamos, a tocar en las cantinas del centro y en ocasiones en la Calle 59, pero nunca nos imaginamos que la pandemia nos ocasionaría perder nuestra principal fuente de ingresos, ahora tocamos en las calles y recibimos menos del 50 % a lo que estábamos acostumbrados”, platicó Macario.
Los instrumentos que tocan, en el caso de Macario, es una añeja guitarra acústica con las marcas de los años, remedios caseros para seguir en acción y otros arreglos; mientras Maran deleita a los transeúntes con sus habilidades para dominar una armónica dístele, con estilo alemán antiguo.
En las calles aceptaron que ganan menos de lo acostumbrado, hasta 200 pesos que posteriormente se dividen entre los dos para pasar la mala racha ocasionada por la pandemia extranjera.
Maran, con dificultades para hablar por lo avanzado de su edad, recordó las épocas donde cada uno se embolsaba en menos de cuatro horas hasta 250 pesos, esto tras haber recorrido cada una de las seis cantinas que existían antes de iniciar el periodo de contingencia por COVID-19 en la colonia centro de San Francisco de Campeche.
Con información de Redacción.