Desde ayer, los ciudadanos salen a la calle como si fuera un día normal y realizan actividades con total cotidianidad, pese al riesgo de contraer el Coronavirus.
En los diversos comercios de la ciudad se pudo observar a campechanos comprando con total desparpajo, aunque quienes acuden cada semana a cubrir sus pagos de las casas comerciales como Banco Azteca y Coppel también hacían sus colas para aportar el dinero que cada 7 días le corresponde dar.
En las casas de empeño en donde tienen artículos a resguardo por un préstamo, se pudo observar a personas que acudían para dar su cuota y no perder la pantalla o el artículo de trabajo empeñado.
En otros casos las peluquerías o estéticas también registraron afluencia de campechanos aprovechando a quienes ya le adelantaron la quincena acudieron para reducir la melena, o para que el niño o la niña, también les cortaran el cabello que ya estaba crecido.
En el mercado principal “Pedro Sainz de Baranda” también se vio el movimiento de los usuarios con la intermitencia de los clientes, para adquirir los productos de la semana.
En las colonias también se observó movimiento de personas como si fuera un día cualquiera, incluso con mamás llevando a sus hijos a realizar sus compras pese a la advertencia.
Este fin de semana también se retomó el cierre del Centro Histórico, que la anterior permaneció abierto, pese a que fue una medida preventiva instrumentada por la Secretaría de Seguridad Pública.
(Wilbert Casanova Villamonte)