El comercio informal en los alrededores del Mercado Público “Alonso Felipe de Andrade”, es la principal queja de algunos vendedores formales, que además de pagar impuestos ofrecen garantías en sus productos.
Freddy Rosales, vendedor de esta central de abastos, manifestó que por la contingencia sanitaria se vio forzado a cerrar temporalmente su local pero abrió uno en la colonia Caracol con servicio a domicilio, porque sus ventas bajaron, en parte, por el ambulantaje.
“El asunto de los ambulantes es una competencia desleal que se está haciendo afuera del mercado, de igual manera acostumbran a la gente a que no se baje de los vehículos”, dijo.
Pérdidas
Expresó que el servicio que dan los comerciantes informales donde venden a sus clientes desde la ventana de sus vehículos, les afecta porque muchos ya no ingresan al mercado.
“Si el cliente iba por un tomate tal vez se le antoje un ‘chocomilk’, una torta o unos tacos, ya con eso consumían en el mercado, pero si lo compran todo desde sus carros ya no entran”, narró.
Para el comerciante que paga impuestos y ahora con la Nueva Normalidad debe usar cubrebocas y tener gel antibacterial, es un gasto adicional a su presupuesto.
“Nos apegamos y cumplimos, todo lo contrario con el ambulante que, sin ofenderlos, pero tienen sus productos sobre el piso donde la gente escupe y a veces los animales callejeros hacen sus necesidades”, mencionó.
Además, aseguró que el cliente no cuenta con garantías si les compra a los ambulantes productos caducos; sin embargo, el hecho de que un comerciante tenga un punto de venta establecido, le garantiza al ciudadano poder acudir al día siguiente para cualquier aclaración.
Desde este lunes personal de Gobernación Municipal inició operativos por las mañanas para mantener lo más despejado posible las aceras que colindan con el mercado del Centro sobre la calle 20 y 39.
Por su parte, los vendedores ambulantes manifestaron su inconformidad por acciones donde los funcionarios municipales, con el respaldo de Seguridad Pública, les decomisan sus productos.
Por Agustín Ferrer