Desde que dio inicio la emergencia sanitaria, personal de la Casa Hogar San Pedro Pescador intensificaron las medidas de higiene e implementaron protocolos para evitar contagio entre los menores y los empleados.
La contingencia sanitaria ocasionada por la pandemia dificulta la economía de diversos sectores de la población, pero también afecta a instituciones de caridad como la casa hogar para niños, ya que la recaudación dependía de eventos masivos.
“Se otorga todo el insumo al personal para que desinfecten, es obligatorio el uso de cubrebocas, al igual que el personal cuando llegue se cambie de ropa y se les da la capacitación para respetar las medidas de prevención”: aseguró Karla Juárez, presidenta del Patronato de Casa Hogar San Pedro Pescador.
Resguardo
Desde que inició la contingencia activaron planes de emergencia en el que cancelaron las visitas, como parte de las medidas necesarias para salvaguardar la salud de los menores que se encuentran en resguardo.
Actualmente se encuentran internos 17 menores y se hizo un cambio radical, ya que estaban acostumbrados a recibir visitas o asistir a las actividades recreativas que organizaban los voluntarios.
Actualmente está detenido el proceso de adopción, reintegraciones y programas de acogimiento, pues las dependencias gubernamentales no están laborando, por eso se encuentran suspendidos estos procesos.
Mensualmente los gastos dentro de la casa son aproximadamente 80 mil pesos incluyendo nómina, por ello, invitan a los ciudadanos a que apoyen con los eventos online para obtener fondos económicos que permitan subsanar algunas necesidades, como cubrir algunos gastos y mantenimiento.
“Con estas actividades como rifas nos ayudan para obtener la nómina y los gastos de alimentación de los niños, la gente está respondiendo a pesar de la situación en la que nos encontramos”: afirmó.
También informó que cuentan con 14 empleados entre administrativos y personal de cuidados, entre los 17 niños que están en resguardo tienen a un menor de 11 meses, cabe destacar que antes de la pandemia ya se habían reintegrado en adopción y se fomentaron los programas para familias de acogimiento, donde resultaron cuatro certificadas.
Por Irene Barradas