El ex secretario de finanzas del desaparecido Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Carne en Campeche, Alberto Montejo dijo que el confinamiento de más de cinco meses por la pandemia del COVID-19, se refleja en la pérdida del poder adquisitivo de la población, lo que ocasiona un descenso en el consumo de carne.
Al gremio de los tablajeros, le significa una pérdida diaria de entre 600 y mil pesos en productos que no se logra vender, y los días de buenos de venta como el mes patrio al no haber celebraciones ni fiestas, la venta se reduce aún más.
Indicó que en las ferias, las decenas de locales de venta de tacos y comidas, se abastecen de los centros de abasto, lo que representaba un incremento en las ventas, pero ahora por la pandemia seguirán sin vender.
Poca venta
Pese a que los restaurantes reactivaron sus actividades, estos en su mayoría importan productos, al ser cortes especiales, y en los locales pequeños, reportan poca clientela, por lo tanto poca demanda de carne.
Indicó que la cuarentena sigue dejando estragos económicos para los pequeños comerciantes campechanos, “un claro ejemplo de que la reactivación no es sinónimo de ganancias y flujo de dinero son los carniceros, pese a notarse un incremento de personas, éstas no compran las cantidades de hace seis meses y tampoco lo hacen de manera frecuente”, indico el ex dirigente sindical.
En la zona de carnes, existe un total de 50 locales dedicados a la oferta de este producto, y notado un incremento en la venta de la carne de cerdo, pero no al nivel ante de la pandemia cuando vendían un animal completo cada 24 horas y ahora solo logran posicionar un cuarto de canal.
“La gente ya no tiene dinero, vienen mucho al mercado pero compran poco, lo indispensable, por ejemplo, hace rato vino una señora que me compraba un kilo de carne y ahora me pidió 25 pesos. ¿Te imaginas? Así de complicada está la crisis”: detalló.
Los tablajeros, inician sus jornadas desde la medianoche cuando los introductores llegan para desmontar los cadáveres de cerdos, mismos que empiezan a separar por presas para una mejor distribución y manejo de la misma para que en punto de las cuatro de la madrugada se comience la venta.
En este sentido, explicó que en su caso, se vio en la necesidad de reducir la cantidad de carne que destinaba para la venta diaria, en los meses de enero y febrero lograba ofertar un cerdo completo en un día, ahora sólo expende entre 17 y 30 kilos, lo que representa una cuarta parte del animal”.
“Las ganancias antes eran de mil pesos diarios, ahora, eso es lo que perdemos, incluso nuestra carne se nos queda y al siguiente día tenemos que rematarlo porque tampoco nos conviene que se eche a perder o tirarlo, es mejor que alguien lo consuma aunque no le ganemos nada”: refirió.
Sin festividades
Indicó que la mejor temporada de venta era en los días festivos y vacaciones, como el 15 de septiembre, cuando la gran mayoría cocinan carne de diferentes presentaciones y celebraciones por la noche mexicana, evento que ha sido suspendido.
Otra de las fechas de ventas importantes son los días 24 y 31 de diciembre con los festejos por navidad y fin de año; mismos que probablemente no se lleven a cabo este 2020.
Espera que en los próximos meses, la situación mejore porque hasta el momento, los que acuden a los mercados lo hacen solamente para conseguir lo más básico como frutas y verduras mientras que a las carnes las hacen a un lado.
“Yo sólo quiero que la gente venga a comprarme, también necesito de ustedes para solventar mis gastos, para poder comer, para invertir, no vayan a los supermercados, aquí hay calidad, frescura y buenos precios”: finalizó.
Por Jorge Chan
Por Redacción Digital Por Esto!
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