En el ciclo agrícola, la producción de chihua en el ejido Dzitbalché fue regular y sirvió para solventar los gastos de las familias, ya que en algunos lugares se inundaron tras los efectos de “Cristóbal”, indicaron hombres del campo.
Abordados cuando extendían el producto para secar, ejidatarios indicaron que la producción de pepita gruesa fue regular, y que el precio del kilogramo ronda entre 45 y 50 pesos, lo que es un aliciente ante la crisis por la pandemia.
Consideraron que ante este logro tuvieron mejores oportunidades que labriegos de varias partes de Dzitbalché que perdieron sus cosechas a causa de la sequía.
Por su parte, Gonzalo Chuc May, dijo: “Gracias a Dios se lograron sus cultivos en los cerros, y con ello puedo sostener a mi familia”
Por Néstor Cuevas