Campeche

El "rey de la basura" lucha por sobrevivir en Ciudad del Carmen

Rafael Ramírez, de 70 años de edad, se dedica al reciclaje de plásticos y chatarra para conseguir el sustento diario
FOTOS: José Pacheco

Rafael Ramírez Velásquez, conocido como el rey de la basura por las calles de Ciudad del Carmen, dijo que la situación económica que esta viviendo es difícil, porque no tiene casa ni mucho menos familiares, por lo cual, sobrevive de la recolección de plásticos y latas para poder tener un ingreso económico.

A sus 70 años, continúa trabajando para buscar el sustento diario, ya que no tiene el apoyo de nadie, solamente de sus conocidos y las pocas personas que le apoya en la vía pública con monedas y comidas.

Noticia destacada

Denuncian a taxistas abusivos en Ciudad del Carmen

Noticia destacada

Buscan darle color a la Ciudad del Carmen con murales

“Tengo más de 35 años dedicándome a esta humilde labor, donde he logrado ganarme varias monedas. Mi trabajo es reciclar plásticos, vender latas de aluminios, bronces y la poca chatarra que se encuentran en las esquinas. De ahí obtengo el sustento", explicó. 

Indicó que desde un inicio, la pandemia le afecto económicamente porque el lugar donde vendía sus mercancías se encontraba cerrado por este virus, lo que provocó que no perciba ingresos, ya que las familias evitaron salir a las calles por el temor de ser contagiados por COVID-19

Señaló que a partir de las cuatro de la mañana inicia su labor y termina hasta las 16 horas, para poder tener un ingreso y quedarse a dormir en las calles. Tristemente no tiene el apoyo de nadie, solo lo acompaña la patrona de los carmelitas, la Virgen de Guadalupe.

“A mí me dio el Coronavirus, fue algo que estuve debatiéndome entre la vida y la muerte gracias a Dios y a la virgen del Carmen, me encuentro aún con vida. Ya casi no la contaba y más porque no tengo familia en la isla", dijo. 

Por último, exhortó a los jóvenes a que estudien y se preparen si aún tienen el apoyo de sus padres. "Que aprovechen porque la vida es difícil y más cuando fallecen nuestros padres, de ahí empieza lo más doloroso porque los últimos seres que nos ayudan se nos van de este mundo", concluyó.

Por José Pacheco