La pobreza es el factor principal por el que 210 mil campechanos no saben leer y escribir, según cifras emitidas a finales de 2019 por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (IEEA), situación que afecta una serie de derechos humanos y causa problemas a personas de la tercera edad e indígenas.
En el marco del Día Internacional de la Alfabetización, el IEEA informó que las clases se han detenido por la pandemia del COVID-19 y que este año 819 personas se encuentran inscritas en los niveles inicial, intermedio y avanzado.
Cabe recordar que el Día Internacional de la Alfabetización se celebra cada 8 de septiembre desde 1966, por declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Asimismo, durante 2019 se graduaron 324 adultos de nivel secundaria, y al cerrar el año había 484 egresados y un promedio de 33 certificados entregados por mes en el Programa Regular de Alfabetización.
De acuerdo con datos del IEEA, en Campeche existen 210 mil personas con rezago educativo entre los 15 años o más, de las cuales 37 mil 238 son analfabetas, 68 mil 928 no tienen primaria terminada y 104 mil 641 no han concluido su secundaria.
En los municipios de Campeche y Carmen se concentran los mayores números, con 54 mil 121 y 52 mil 251, respectivamente, seguido de Champotón con 26 mil 14; Escárcega con 16 mil 830; Calkiní con 14 mil 527; Candelaria con 13 mil 385; Hopelchén con 12 mil 818; Calakmul con 8 mil 198; Hecelchakán con 7 mil 522; Tenabo con 2 mil 762 personas y Palizada con 2 mil 379.
Rezago y pereza
Con respecto al municipio de Campeche y a la capital del estado, cuenta con una población de 232 mil 997 ciudadanos de 15 años o más, de los cuales 7 mil 215 son analfabetas, 15 mil 97 no han concluido la primaria y 31 809 la secundaria, para un total de 54 mil 121 personas con rezago educativo.
Sin embargo los ciudadanos Javier Antonio Can Cab y José Ismael Sánchez Novelo destacaron que ahora los muchachos no estudian por flojos, y compararon sus épocas de juventud con las actuales, que cuentan con programas y apoyos del gobierno.
“Antiguamente pocos estudiaban, y ahora con las oportunidades que hay no lo hacen porque no quieren o son perezosos. Hasta de grande se puede estudiar sin ningún problema”, destacó Antonio Can Cab.
Antes de concluir puso como ejemplo a su padre, quien con 65 años terminó sus estudios de secundaria, además de destacar que antes los papás no apoyaban tanto a los hijos, por lo que no hay pretexto para no estudiar en estos tiempos, con tantas becas y recursos del gobierno.
José Ismael Sánchez Novelo expresó que existen familias sin lo económicamente necesario para ayudar a sus hijos, lo cual no califica como pretexto pues actualmente hay programas estudiantiles que el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha impulsado.
“Entonces, si los jóvenes tienen la convicción deben buscar becas de estudio, ahí están las oportunidades; lamentablemente no todos las aprovechan”, agregó.
Dijo que cuando era chavo tuvo muchas complicaciones al quedar huérfano desde los 6 años y con 8 hermanos, por lo que le resultaba difícil pedirle a su madre cuando salía al trabajo a pelar camarón.
“Estaba muy dura la situación, mi hermano mayor igual tenía 14 años y se vio en la obligación de trabajar. Afortunadamente logré terminar hasta el sexto año, pese a todas las carencias. Por eso ahora los adultos decimos que es más fácil porque somos los más interesados en que estudien nuestros hijos, aunque sea la secundaria”, agregó.
Por David Vázquez