Después de siglos de persistir la tradición de usar el traje de “mestiza”, poco a poco disminuye su hábito entre las mujeres mayas.
Cada vez se ve menos que la población femenil chenera se vista con el huipil bordado con su respectivo reboso de seda y su justán; “hoy en día las indígenas mayas se han vuelto catrinas o solo usan el minipil": dijo Antonia Cahuich Caamal, quien apuntó que aún usa la vestimenta original, pese a ser caro.
Sin embargo, reconoció que hay poblaciones donde las mujeres mantienen la costumbre de la vestimenta completa, como Xculoc, Chunyaxnic y San Antonio Yaxché, donde portan el minipil, pero lamentablemente una importante mayoría compra vestidos que califica de “catrines”, pues con 300 pesos los obtienen.
También se quejó de la pérdida gradual de la lengua maya, que poco a poco se ha castellanizado y le enoja que quienes lo hablan cuando salen de sus comunidades se olvidan de utilizarlo o abiertamente lo niegan.
En lo que refiere al costo de un traje de “mestiza”, explicó que, en efecto, el de gala es caro; tan sólo el vestido tiene un valor de 2 mil pesos; el reboso, mil 500 pesos y el justán 500.
Los zapatos y alhajas ascienden de 15 mil a 20 pesos; mientras que vestirse moderno o jovial cuesta menos de mil pesos.
Por esta razón, Cahuich Caamal considera que la tradición va en declive y las “mestizas” de Bolonchén, las de verdad, son las que compran sus ternos para bailar la tradicional vaquería y para eso desembolsan de 8 a 10 mil pesos, lo cual evidentemente no todos pueden pagar.
Para finalizar, pidió a los funcionarios ayudar a las personas de los pueblos de habla maya a tener traductores en las oficinas, ya que cuando tienen que acudir a alguna institución pública a realizar trámites, no las entienden y por lo general las marginan.
JG