La llegada de la pandemia de COVID-19 generó modificaciones en la forma en la que se vivía el día a día, tal es el caso de las clases, que pasaron de tomarse frente al maestro en el aula, a ser un modelo educativo a distancia. Por ello, la licenciada en Optometría, Jessica Mercado Alfaro, aseguró que el uso constante de artículos electrónicos como la computadora, el teléfono celular o las tabletas han afectado visualmente a más del 80 por ciento de los alumnos de nivel básico.
A nivel nacional, de cada 10 niños atendidos, ocho tienen problemas de lubricación lagrimal debido al uso prolongado de los artículos electrónicos. “Desde la llegada de la pandemia hizo que los niños se vuelvan más sedentarios porque ya no juegan y esta situación los hizo depender más de un dispositivo electrónico que de los juguetes que hay en casa”, explicó la especialista.
Detalló que estos padecimientos, si bien provienen del uso indiscriminado de la tecnología, empeoran cuando los padres por causas naturales padecen de miopía, astigmatismo, síndrome de ojo rojo, entre otros más, ya que este tipo de dolencias son heredadas a los hijos.
El uso constante de los dispositivos móviles ha causado consecuencias a nivel ocular, por lo que una de las deficiencias con mayor presencia es el síndrome de ojo seco, que se presenta cuando el individuo, en este caso los niños, pasan tiempos prolongados ante un artículo electrónico.
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Aseguró que, debido al uso excesivo de los dispositivos móviles, han visto afectaciones en pequeños de edades entre los 3 y 10 años de edad, quienes han mostrado inicios de estrabismo, miopía, astigmatismo e hipermetropía. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los problemas de la visión prevalecen en el 20 por ciento de la población.
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CC