En un terreno situado en la carretera San Agustín Olá - Chiná, a tan solo 30 minutos de la ciudad capital, fueron encontrados los cuerpos de dos personas completamente incinerados, con heridas de arma blanca, los cuales fueron reportados por el cuidador de un rancho, quien vio cómo el auto compacto era “devorado” por las llamas; una vez controlado el siniestro, el cuerpo de bomberos se llevó la macabra sorpresa de los restos calcinados, los cuales se encontraban en el asiento trasero y en el del copiloto.
La Fiscalía General del Estado (FGE) se mantiene hermética del caso. Los nombres de las víctimas permanecen en el anonimato, sólo se dijo que cuentan con capital. De acuerdo con vecinos de la comunidad, las víctimas se dedicaban a la usura; sin embargo, al cuestionar a los elementos policiacos, alegaron no querer “entorpecer las investigaciones” para desmentir o confirmar el trascendido. En el lugar se rumoró que podrían corresponder a un hombre y una mujer, cuyo parentesco podría ser de sobrina y tío.
El cuidador de la ranchería en el tramo San Agustín Olá-Chiná, fue alertado por un denso humo que provenía de la entrada, al indagar se sorprendió al ver un auto compacto incendiándose; derivado a que se podría tratar de un accidente, llamó al 911. En minutos acudieron bomberos que se dispusieron a controlar el fuego.
Durante las acciones que duraron cerca de 45 minutos, los “vulcanos” observaron dos cuerpos. Pidieron apoyo de la Policía Estatal Preventiva (PEP) y de la Fiscalía General del Estado en su departamento de alto impacto, cuyos agentes realizaron el levantamiento de pruebas.
Presuntamente, el automóvil no tenía huellas de accidente, los restos humanos se encontraban en el asiento del copiloto y en el trasero.
El incidente se manejó como un posible doble homicidio. Elementos del Ministerio Público entrevistaron al primer testigo del hecho, quien dijo ser velador del predio. Afirmó que no escuchó ningún golpe o accidente, solo le atrajo el denso humo que invadió parte del cuarto en el que habita.
Las autoridades se mantienen herméticas del hecho, sin aclarar si esta muerte está ligada con miembros del crimen organizado.
En los últimos meses las inmediaciones del poblado de Chiná se han convertido en un “cementerio” clandestino, ya que en una sala de fiestas fueron encontrados los restos de una mujer y sus dos hijas asesinadas por el feminicida confeso.
Desde el 2014 no se había generado un homicidio contra “agiotistas” en el Estado, el último caso se registró en el poblado de Emilio Zapata, donde una mujer identificada como Lidia Varguez Euán fue quemada en un predio situado en la carretera estatal Hopelchén-Campeche.
Para no entorpecer las investigaciones, la Fiscalía General del Estado (FGE) se mantiene hermética en revelar detalles sobre el descubrimiento de los cuerpos calcinados al interior de un vehículo en la carretera San Agustín Olá-Chiná. En una declaración de dos líneas, el Fiscal, Renato Sales Heredia, no abundó sobre hipótesis o líneas de investigación, y sólo se limitó a confirmar el hallazgo de la unidad automotriz quemada, así como la presencia de dos cadáveres dentro del mismo.
De este caso, Sales Heredia precisó que “se está investigando efectivamente” al ser “un carro incendiado”, por lo que se debe mantener hermético el caso para no entorpecer la línea de investigación.
Secuestros virtuales
Por otra parte, el Fiscal del Estado confirmó que a la fecha, en Campeche solo hay un secuestro registrado en el Estado, según el reporte del Secretariado Nacional Ejecutivo de Seguridad Pública (SNESP), por lo que la entidad puede ser considerada “segura en lo que respecta al secuestro”; sin embargo, el funcionario reconoció que la modalidad de este delito es de manera virtual, ya que “hemos tenido unos secuestros virtuales que no son propiamente secuestros, le hacen creer a la gente que se encuentra privada de la libertad, cuando realmente no ha sucedido esto”, explicó.
Los delincuentes –puntualizó– “aprovechan la existencia de los teléfonos inteligentes y de otras plataformas para hacer creer a las personas que se encuentran privadas de su libertad”. Alertó que los responsables de estos delitos están detenidos en alguna cárcel desde donde hablan para extorsionar, “de algún penal de Tamaulipas, o desde algún otro lugar”.
Otro mal social
Sales Heredia también dijo que uno de los delitos que es necesario disminuir para conseguir la paz y vida social de las familias campechanas, es la violencia familiar, ya que es el “de mayor incidencia en la entidad y por supuesto, mantenernos como un estado seguro”, ya que también permite que el turismo visite la entidad al ser una región tranquila.
Consideró que otro de los factores que propició el incremento de la violencia en la familia fue la pandemia del virus SARS-CoV-2, pues el encierro afectó psicológicamente a los moradores que estaban acostumbrados a una rutina y la tuvieron que suspender, lo cual aceptó es una situación “muy grave”.
Finalmente, el funcionario añadió que la presencia del alcohol ha influido mucho, ya que los fines de semana hay un incremento en la ingesta de bebidas etílicas, durante los sábados y domingos, lo que también genera un alza en la violencia familiar.
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JG