Pese a que hace días se autorizó la reapertura de bares y cantinas en Campeche, debido al bajo riesgo de transmisión de COVID-19 que se encuentra establecido en toda la zona estatal, no todos se encontraban en condiciones para abrir, por lo que el día de hoy únicamente un bar se incorporó a la venta de alcohol.
Con pocos días de anticipación fueron avisados los dueños de bares y cantinas para retomar sus labores, sin embargo, muchos no estaban preparados después de exactamente un año y un mes sin mantener ingresos, los bares requerían mantenimiento por lo que tuvieron que realizar una nueva inversión, no solo en las bebidas y botanas, sino también fumigar el área y comprar artículos para llevar a cabo los protocolos de seguridad, indicó Arturo Cachón Hernández, dueño del bar La Escondida.
A diferencia de los restaurantes, un bar tiene más complicaciones porque los clientes no solo llegan a convivir, la mayoría termina en condiciones ebrias olvidándose de respetar la distancia y las demás medidas de seguridad aun cuando han sido pocas las veces en que se ha desatado alguna pelea entre la clientela, se corre el riesgo de que por algún incidente vuelvan a cerrar el bar.
Todavía no son muy claras las indicaciones, no dieron un número máximo de personas dentro solo los días y horarios, aun así, de acuerdo con las indicaciones de seguridad, las mesas se mantienen alejadas unas de otras, tapete sanitizante en la entrada, agua y jabón para lavarse las manos, pero sobre todo el uso obligatorio de cubrebocas.
Sin una perspectiva fija se siente seguro de recuperar algo de ingresos, con pocas horas de abrir nuevamente las puertas al público ya contaba con algunos clientes esperando que el fin de semana acudan más personas, siempre y cuando se mantenga la estabilidad de salud en el Estado, puesto que todavía tiene deudas por pagar.
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LAF