A partir de hoy entra en vigor el Semáforo Epidemiológico Amarillo que restringe a cierto aforo en comercios, restaurantes y hoteles. En este sentido, el presidente de la Asociación de Restauranteros de la calle 59 y centro histórico, Luis Emilio Ortiz de la Peña señaló que la reducción generará pérdidas económicas, pero que no los hará cerrar de forma definitiva, lo que sí puntualizó es que, en caso de elevar aún más el riesgo, más del 50 por ciento de los afiliados podrían ir a la quiebra.
De acuerdo con la información emitida por la Secretaria de Salud (SSa), durante el riesgo medio los eventos masivos y recreativos, así como salones de eventos, bares y cantinas, tienen prohibida su actividad, pero en el caso de los centros comerciales, peluquerías y restaurantes, solo podrán recibir al 50 por ciento del aforo total y es esto que, según el presidente del grupo, ocasionará de nuevo, una reducción en los ingresos diarios.
“Nosotros nos encontrábamos en una etapa de recuperación y reactivación económica y es lo que nos pone en alerta y en una situación preocupante porque como pequeñas y medianas empresas durante el confinamiento, para subsanar los gastos, pago a proveedores, renta, energía, salarios; tuvimos que adquirir deudas que aun pagamos, y que ahora será más difícil que podamos cubrir”.
A lo anterior hay que considerar que, si bien la movilidad social en el primer cuadro de la ciudad es elevada, son pocos los campechanos que consumen en los restaurantes en esa zona y los turistas son escasos por dos temas principales, primero por el cierre de fronteras y segundo, porque actualmente no es período vacacional. Esto a su vez, vulnera aún más la subsistencia de los locales pues el ingreso actual se encuentra por debajo del 40 por ciento.
“Nosotros sabemos que es un tema relacionado con el COVID y que por eso tenemos que hacer un trabajo coordinado entre los empresarios y las autoridades para mejorar las condiciones, pero desgraciadamente es una noticia difícil y esperamos que esto no se agrave porque sería un duro golpe para todos los negocios de la entidad que seguimos en una situación económica muy preocupante”, comentó.
Aunque los restauranteros obtuvieron buenos ingresos económicos durante las pasadas vacaciones de invierno y semana santa, éstas no representaron ganancias suficientes para generar un ahorro o colchón, pues las deudas pasadas han consumido lo poco o mucho que habían generado en meses pasados.
“No estábamos preparados para retornar al semáforo amarillo, nosotros no teníamos ingresos firmes como para generar un colchón, sobre todo porque las ganancias de las vacaciones pasadas fueron lentas, teníamos un plan de reactivación que duraría aproximadamente hasta el otro año, pero ahora, este cambio retrasa más llegar a la Nueva Normalidad”, puntualizó.
Ortiz de la Peña comentó que el período comprendido entre noviembre, diciembre y enero sirvió para que los comercios se reactivaran después de casi 8 meses sin actividad alguna, así como para el pago de obligaciones patronales como el aguinaldo; mientras que el período de semana santa sirvió para solventar deudas.
Por lo anterior, pidió a los ciudadanos redoblar esfuerzos en materia de seguridad, respetar los protocolos que se implementan en cada comercio y a su vez, recordó a los propietarios de los locales, no bajar la guardia en temas de sanidad pues señaló que retornar a un riesgo bajo se logra solo con trabajo en equipo.
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GH