El joven Fabián “N”., de 14 años de edad, terminó con dos dedos de la mano derecha casi amputados cuando trituraba carne en un molino eléctrico de un puesto en el interior del mercado público “José del Carmen González Salazar” de Escárcega fue trasladado por su patrón en un vehículo particular a una clínica de la ciudad, quien prefirió no esperar la llegada de paramédicos de la Cruz Roja debido al abundante sangrado que presentaba su empleado.
Los hechos se suscitaron ayer a las 07:30 horas cuando el adolescente, quien es empleado de una carnicería en el interior del centro de abasto, molía carne en una máquina la cual no debería ser utilizada por un menor de edad, ya que al parecer no llevaba puesto ningún tipo de protección ni artefacto para meter la carne en el interior del molino, lo que ocasionó que sus dedos de la mano derecha se atoren con las aspas que los trituraron por la fuerza del mecanismo.
Este lamentable accidente se generó por la inexperiencia del adolescente quien no midió el riesgo que lleva esta acción e introdujo la carne con la mano derecha y debido a la fuerza del molino fueron succionados ocasionando que le moliera dos dedos que terminaron casi desprendidos de la mano. El patrón, al percatarse de lo ocurrido apagó el motor, pero ya era demasiado tarde, el muchacho daba gritos de dolor.
De inmediato el propietario de la carnicería agarró al muchacho y lo trasladó en su vehículo a una clínica particular para tratar de salvarle los dedos, por lo grave de las lesiones sería llevado a la ciudad de Campeche con un especialista. Los accidentes de trabajo son muy comunes porque gente sin experiencia que necesita un empleo se arriesga a hacer lo que sea sin considerar que estos podrían poner en peligro su vida, y más si se trata de menores de edad que no tienen la mínima capacitación en el ramo, aunado a la falta de responsabilidad de los empleadores que no deben dejarles usar herramientas peligrosas.
Testigos llamaron al número de emergencias, pero el patrón no quiso perder tiempo al ver la mano del muchacho muy lastimada y con sangrado abundante. En este percance los paramédicos de la Cruz Roja no lograron atender al paciente quien no paraba de llorar aunado al dolor, por la impresión de ver parte de su mano perdida.
Se dijo en el lugar que el dueño de la carnicería no debió emplear a un menor de edad al tratarse de un oficio de alto riesgo donde se utilizan cuchillos de gran tamaño y herramientas de gran peligrosidad como sierras eléctricas y el molino que en esta ocasión trituró los dedos del empleado, además de que no se le brindó la capacitación necesaria para que sea capaz de desempeñar el trabajo que hacía al carecer de protección y de las medidas de prevención.
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JG