Representantes de los pescadores ribereños, como Leonardo Hernández Domínguez, de la Península de Atasta y Carlos Chavarría y Manuel Domínguez, de Ciudad del Carmen, advirtieron que, si no es atendida su demanda de reforzar la vigilancia en el mar y en los puertos de arribo para evitar asaltos y robos en embarcaciones menores, el sector adquirirá armas de fuego para defenderse de los “piratas modernos”.
Sentenciaron que es urgente garantizar su seguridad, ya que en lo que va de febrero han ocurrido siete robos de motores fuera de borda y cada máquina tiene un costo de 260 mil pesos, situación que ha dejado en un estado de indefensión a los pescadores, quienes en ocasiones no pueden continuar su actividad ante estos delitos.
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El capitán de Puerto de Ciudad del Carmen, José Florentino Gallardo, informó en una reunión que hasta el momento las autoridades correspondientes carecen de denuncias formales de robos de motores en altamar y en los atracaderos de lanchas; por ello, consideró que no hay robos a pescadores en el mar. Estos argumentos enfurecieron a los pescadores, quienes insistieron que existe mucha inseguridad por la falta de vigilancia.
Argumentaron que algunos presidentes de las cooperativas pesqueras deciden no denunciar estos delitos porque el personal del Ministerio Público los hace esperar durante horas o tienen que acudir varias veces para formalizar su querella, lo que consideran como una pérdida de tiempo porque el pescador tiene que salir a la mar para trabajar y llevar el sustento al hogar.
Agregaron que el sector de forma constante ha pedido a las autoridades de la Capitanía de Puerto, la Secretaría de Marina (Semar), la Policía Municipal y la Policía Estatal Preventiva (PEP) que refuercen la vigilancia en mar y en el puerto de abrigo; en el mar los pescadores están indefensos porque sólo llevan el equipo de pesca, mientras que los delincuentes que cometen los atracos a bordo de lanchas portan armas de fuego y cuchillos para amagarlos y despojarlos de los motores fuera de borda.
En tierra, llegan al refugio de las lanchas y desvalijan las máquinas, los más nuevos se van enteros y a los otros les quitan la cola, pieza que tiene un valor de 30 mil pesos.
Por último, reiteraron que, si en los próximos meses las autoridades no garantizan la seguridad a los pescadores, adquirirán armas de fuego para enfrentar a sus agresores, porque esa será la única forma para frenar los atracos en altamar.
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JG