En el transcurso de dos años, que comprende del primero de enero de 2020 al 18 de febrero de 2022, fueron registrados 27 incendios forestales en Campeche, informó la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía (Semabicce), que indicó que, a raíz de estos siniestros, ha sido afectada una superficie de 11 mil 694 hectáreas.
De los 27 incendios forestales que presentados en esos dos años, 16 fueron provocados por actividades humanas salidas de control, entre las acciones más comunes que desencadenan estos siniestros resaltan lanzar una colilla de cigarro sobre un espacio de vegetación, no apagar completamente una fogata y tirar objetos de vidrio o plástico que causan el llamado “efecto lupa”; además, 10 fueron ocasionados por actividades agrícolas mal practicadas y, finalmente, otro fue generado por una causa desconocida.
Explicaron que en los meses que comprenden del primero de marzo a finales de agosto, es presentada la mayor incidencia en los incendios, ya sean locales o forestales, debido a que el incremento en la temperatura propicia uno de los factores más importantes.
A nivel nacional, sólo durante el 2021 tuvieron tres mil 735 siniestros forestales ubicados en 29 estados de la República Mexicana, lo que ha generado una afectación de una superficie de 127 mil 110 hectáreas de territorio. Las entidades federativas con mayor superficie dañada han sido Nuevo León, Oaxaca, Estado de México, Chihuahua, Coahuila, Guerrero y Chiapas.
Cuando ocurre un incendio forestal hay diversas afectaciones en el ecosistema donde se presenta, ya que las llamas consumen los árboles, o en su caso, la biodiversidad de flora y fauna que hay en la región adelanta la erosión en el suelo, lo que hace que pierda sus cualidades minerales y genere contaminación en el aire, porque la humareda que desprende al consumirse los materiales causa efectos negativos en la salud de los individuos.
Los incendios forestales ocasionan daños en los ecosistemas que ocurren y generan pérdidas económicas y afectaciones a comunidades rurales que dependen del cultivo en la tierra para subsistir, impactos negativos a la salud de las personas e, incluso, cobran vidas humanas.
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JG