Campeche

Ceresos de Campeche, bajo el control de las bandas: Familiares

Familiares e internos denuncias la corrupción en la que se encuentra el Centro Penitenciario, además de la mala infraestructura y abusos hacia los reos
En los últimos días, en el interior del Centro Penitenciario se generó la extraña muerte de un joven de tan solo 24 años, el cual fue localizado en su celda / Por Esto!

Los centros penitenciarios del Estado se han transformado en una extensión del crimen, donde imperan varias bandas delictivas, por lo que algunos reos, así como custodios, tienen el control de varios artículos, desde teléfonos celulares hasta artículos de primera necesidad, por lo que el tráfico de dinero es recurrente.

En los últimos días en el interior de Centro Penitenciario se generó la extraña muerte de un joven de tan solo 24 años, el cual fue localizado ahorcado en su celda y que pese a tener huellas de violencia, no se descartó que el caso se hubiera tratado de un “suicidio”; este tipo de incidentes son recurrentes desde años atrás, ya que la tranquilidad del centro es quebrantada por pandilleros.

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El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria en su edición 2021,que elabora la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), reveló que Campeche tiene una calificación reprobatoria respecto al respeto de los derechos humanos de los reclusos; en el caso de San Francisco Kobén obtuvo una calificación negativa, de 5.83 puntos.

Familiares de algunos internos revelaron, de manera anónima, que el sitio está en pésimas condiciones, ya que alegaron que desde la higiene de los baños (visitas) hasta el alimento de sus internos es precaria, ya que tienen que pagar un “impuesto” para darles alimentos preparados.

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Hasta hace unos meses, era sabido que las personas privadas de su libertad“PPL”, al no tener dinero tenían que conformarse con los alimentos que les otorgaban en el área de cocina; sin embargo, en múltiples ocasiones revelaron que dicho sector era insalubre debido a la gran cantidad de insectos y animales rastreros.

Además de que, el único “platillo” que era dado durante la tarde era el “caldo de oso”, el cual es preparado con desperdicios de comida, así como cinco tortillas, mientras el desayuno, así como la cena, sólo era un pan y café.

Denuncian preferencias

Familiares de internos revelaron que dentro del penal existe una gran mafia, la cual es solapada por las autoridades, ya que algunos custodios venden artículos a sobreprecio como cigarros, papel de baño y jabones, los cuales ofertan desde 80 pesos hasta 400, al igual que el permiso de uso de teléfonos celulares con una cuota diaria, mientras que otros, con mayor influencia, pueden conseguir licores y drogas.

Durante los últimos seis meses, un grupo de pandilleros que se organizaron dentro del penal, los cuales se identificaron como los “Macabra”, exigen que se les otorgue una parte de los objetos que se le entregan a los reos, así como dinero, para evitar algún “incidente dentro de las celdas”; este grupo de “PPL” han apuñalado a diversos internos por no darles 50 pesos diarios, por esta situación prácticamente se transformó en una zona sin control.

Por otro lado, agentes estatales asignados para la vigilancia dentro del penal revelan que el enojo entre algunos internos se debió a que se les impidieron algunos lujos, lo que causó una fragmentación entre grupos del fuero común, ya que estos no tienen relación con internos riesgosos.

Sin embargo, los reos no son los únicos que sufren dentro, ya que los custodios carecen de espacios adecuados para descansar, mientras que la falta de atención a estos funcionarios ha causado que se relacionen con los líderes de pandillas y reciban una parte del dinero obtenido.

B.G., agente que estuvo dentro del penal, reveló que en algunos turnos era común ver a mujeres dentro del área de hombres para ofrecer servicios sexuales, pagaban 500 pesos para permitirles tener clientes.

R.D.P., mujer de 75 años, indicó que tiene a su hijo en el área común del centro penitenciario por el delito de homicidio calificado, desde hace 6 años, al declararse culpable por la muerte de un hombre en una cantina en un poblado, el cual pertenece a Hopelchén.

Señaló que su hijo ingresó a la edad de 22 y actualmente tiene 28, la pena concluirá en el 2037, además de revelar que desde el primer día que llegó fue agredido por un grupo de internos debido a su delito; también, señaló que algunos son obligados a participar en golpizas contra nuevos internos.

El “PPL” dijo a su madre que hace unos meses golpearon a un joven, quien fue señalado como el partícipe del homicidio de un joven tatuador en el Estado de Campeche, esto, por orden de un custodio quien les ofertó cigarros, también le mencionó que los “nuevos” son golpeados diariamente hasta que paguen por su liberación.

R.D.P. señaló que el área médica en el centro es prácticamente un “elefante blanco”, ya que su hijo estuvo involucrado en una pelea donde recibió un corte en la espalda.

Dijo que al momento de ir a visitarlo, le negaban el acercamiento, pero ante la presión se enteró que fue apuñalado y que la lesión no fue tratada con los medicamentos requeridos ni la colocación de alguna sutura, por lo que al paso de los días fue llevado al hospital general para combatir una infección que le pudo costar la vida.

Luego de que el pasado fin de semana la subsecretaría del Sistema Penitenciario Prevención y Reinserción Social, Natasha María Bidault Mniszek, nombrara como Director del Centro de Readaptación social (Cereso) de Ciudad del Carmen a Víctor Hugo Lara Arias, existe incertidumbre por parte de familiares y los mismos reos, ya que Lara Arias fue acusado en el 2020 por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Hidalgo presuntamente por tener nexos con el cártel conocido como los Zetas, familiares, además de que denuncian abusos y otros tipos de casos dentro de esta institución; sin embargo, temen denunciar públicamente ante las amenazas en su contra.

Actualmente, el Centro de Readaptación Social de Ciudad del Carmen tiene un total de 171 internos, de los cuales cuatro son mujeres que se encuentran en el pabellón de seguridad; de esas 171 personas privadas de su libertad (PPL), actualmente 27 están en espera de que alguno de los jueces le dicten auto de formal prisión con una condena, por lo que se encuentran en la galera denominada como zona verde, donde se encuentran los internos de baja peligrosidad y que están en espera de la resolución de su situación jurídica.

También, señalan que hay muchas inconsistencias, empezando por la falta de mantenimiento en toda las instalaciones, las cuales se encuentra en peores condiciones a pesar de que los internos hombres son encargados de atender la infraestructura, aunque no cuentan con las herramientas necesarias.

De igual manera, se dice que muchas de las comidas que se sirven dentro de este Centro de Readaptación Social se encuentran en muy mal estado; sin embargo, los reos no pueden reclamar ni pelear nada porque, de lo contrario, son maltratados, golpeados y castigados por los custodios.

Actualmente, hace algunos días se nombró como nuevo director del penal a Víctor Hugo Lara Arias, el cual según información ofrecida por las mismas autoridades mantiene denuncias en su contra por presuntos nexos con carteles organizados como los Zetas.

Por lo que los familiares de los internos tienen miedo de que se pueda registrar algún tipo de hecho violento dentro de estas instalaciones, pues como se sabe muchas de las personas que se encuentran al interior son pertenecientes a diferentes bandas del crimen organizado y de la droga, considerados de alta peligrosidad.

La señora C.M. es mamá del joven Rafael, quien el 13 de junio del 2020 fue agredido brutalmente por los custodios, quienes lo torturaron y colocaron en la celda de castigo por más de un mes sin que se le ofreciera ningún tipo de datos a los familiares según porque el interno había tratado de realizar un motín.

Sin embargo, ya al interior de su celda de castigo, se registró un verdadero motín en el Cereso donde resultaron lesionados varios internos al estallar una granada de fragmentación de manufactura casera en una de las galeras de la institución.

Por toda la situación que se vive dentro del penal, el cual se encuentra en una muy crítica situación, los familiares de los internos tienen miedo de hablar por las represalias que se pueda registrar en contra de sus parientes internos, pues ya ha pasado en otras ocasiones que son severamente castigados y en muchas ocasiones, no se les permite ni recibir visitas por los golpes que reciben al interior.

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CC