Fue a principios del nuevo milenio, en el año 2000, cuando se reveló un fenómeno arqueoastronómicoúnico en su tipo, en el Templo de Kinich Ahau, donde ocurre la presencia de Kin, el Dios Sol de los mayas.
La zona arqueológica de Kankí, ubicada a 48 kilómetros de la ciudad de Campeche es el sitio donde ocurre este fenómeno dos veces al año y en el que se puede ver, perfectamente, el rostro del Dios Sol de los mayas.
Esto se dio a conocer durante el Encuentro Internacional de Investigadores de la Cultura Maya que organiza la Universidad de Campeche, hace ya 23 años, lo que causó impacto entre la comunidad de investigadores.
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“El juego de luz y sombra que se registra en el Mascarón que está en la parte alta del Templo de Kinich Ahau refleja a la perfección el rostro de un anciano de grandes ojos estrábicos y mandíbulas desdentadas”, explicó el el arqueólogo descubridor del fenómeno solar, Florentino García Cruz.
García Cruz añadió que los ojos estrábicos en los mayas eran símbolo de belleza entre la élite porque “no cualquiera podía tener ese rasgo que correspondía al dios Kin”.
La mayoría de los edificios prehispánicos de la península de Yucatán, cuyos habitantes rendían culto a Kin, tiene ventanas que cuando se posa el Sol asemejan el rostro del astro rey con ojos estrábicos.
¿Quién era Kinich Ahau?
Kinich Ahau significa Señor ojos de Sol en lengua maya y eso es precisamente lo que se refleja en la Crestería de la Estructura número 2 del grupo principal de Kankí”.
El significado de la llegada de Kin al Templo del Kinich Ahau, que se registra el 1, 2 y 3 de mayo tiene un significado agrícola: marca el inicio de la temporada de lluvias.
“Es una especie de ceremonia en la que los mayas despedían a Kin y daban paso a Chaac, el Dios maya de las lluvias que llegaba para dar vida a los cultivos”, agregó el investigador.
Atractivo para turistas del Tren Maya
El sitio cautivará a los visitantes del Tren Maya, “está casi virgen y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no cobra el acceso, solo cuida el patrimonio”. El sitio cuenta con palacios, templos ceremoniales y habitaciones que pertenecieron a sacerdotes, escribas o artistas, “pero están en ruinas, ya fueron saqueadas”.
El Templo de Kinich Ahau que tiene unos siete metros de altura está de pie, pero en las entradas de abajo están bloqueadas por el derrumbe de edificios aledaños”, agregó. Alcanzó un grado alto de desarrollo en las ciencias, astronomía, artes y cuidado del medio ambiente en el Clásico Tardío (600 al 900 d.C.) y Clásico Terminal (900 al 1.200 d.C.).
Algunos edificios sobresalen entre los derrumbes y árboles mostrando su estilo Proto Puuc, Puuc y Petén, cuya arquitectura muestra arcos falsos, espacios abovedados amplios y otros aún conservan la decoración y otras muestran una mampostería cubierta de piedra perfectamente labradas, seleccionados por los mayas prehispánicos por su textura y color.
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AA