El sector ribereño mantiene su incertidumbre sobre lo benéfico que pueda resultar el levantamiento de la veda para el camarón siete barbas pues en estos momentos no hay crustáceo, pero, además, la entrada de malos tiempos resta la oportunidad de salir en busca de este producto que se vende en más de 100 pesos el kilo.
Manuel Joaquín Guzmán Abreu, presidente de la Sociedad Cooperativa “Laguna de la Puntilla”, mencionó que ojalá los siete meses que comprende la autorización para la captura de camarón coctelero sea igual de productivo como lo fue el del camarón grande en los últimos meses, ya que el periodo pasado fue regular ante la escasez.
A partir de los primeros minutos del pasado primero de octubre se levantó la restricción para la pesca del camarón siete barbas, sin embargo, están empezando mal ya que hay poco crustáceos, pero espera que en las próximas semanas el panorama sea distinto, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
Critican política pesquera
El sector ribereño en la última década ha expresado a las autoridades de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) que los tiempos de veda están mal aplicados. “De los siete meses no todos son aprovechables por las malas condiciones meteorológicas que orillan al cierre de puertos y no se puede salir a trabajar, además de que no hay producto ya que hasta que no se asienten las aguas el camarón se ubica lejos para poderlo capturar, es decir, por frentes fríos perdemos dos meses”, indicó.
Entre octubre y diciembre, y de enero a marzo del presente año, la captura de camarón siete barbas ha sido considerada por los pescadores como regular; así que en esta ocasión su esperanza es que haya abundancia hace dos meses, cuando el camarón grande se obtenía en grandes cantidades.
El eterno “intermediarismo”
Otro asunto que les preocupa que lo poco que se encuentra se comercializa en 90 o 100 pesos el kilo, mismo precio del camarón grande y los únicos beneficiados han sido los “coyotes”, que son personas que no son pescadores y provocan que con el costo se castigue al comprar por volumen con tal de no perder la inversión; es decir, abaratan el producto ofreciéndolo al público a precios que no permiten la recuperación de la inversión de los pescadores.
Señaló que ante la escasez de camarón siete barbas en el arranque de la temporada, esperan que el precio no sea tan castigado por quienes controlan su comercialización.
JY