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18 de sept. de 2024
2 min
Escrito por Jesús García
En la noche del 7 de septiembre de 2017, un sismo de magnitud 8.2 sacudió el sureste de México, causando estragos en estados cercanos al epicentro. Aunque Campeche no fue el área más afectada, el temblor se sintió en la región y dejó lecciones importantes sobre la importancia de estar preparados para estos fenómenos naturales.
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El sismo, localizado en el Golfo de Tehuantepec, a 133 km al suroeste de Pijijiapan, Chiapas, causó daños significativos en Oaxaca y Chiapas. Sin embargo, las réplicas y el temor también llegaron a Campeche, recordando a sus habitantes la vulnerabilidad ante desastres naturales.
A pesar de la intensidad del evento, Campeche experimentó solo una percepción leve del sismo, pero la preocupación por posibles daños y la seguridad de los ciudadanos se convirtió en una prioridad. Los simulacros de evacuación y la preparación para emergencias se hicieron más necesarios que nunca, ya que las olas de hasta 3 metros en la costa de Chiapas y los 9,945 movimientos sísmicos secundarios subrayaron la importancia de estar listos.
El terremoto dejó un saldo de 102 muertos: 79 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco. Además, miles de personas resultaron heridas y muchas más quedaron sin hogar. Las réplicas, más de 20,000, continuaron durante semanas, manteniendo a la población en un estado constante de alerta.
El gobierno mexicano activó de inmediato los protocolos de protección civil y el Comité Nacional de Emergencias. La respuesta incluyó el despliegue de fuerzas armadas para labores de rescate y la instalación de albergues temporales. La solidaridad de la población fue notable, con donaciones y voluntarios llegando de todas partes del país para ayudar a los afectados.
Una de las imágenes más impactantes de esa noche fueron las “luces de terremoto”, destellos lumínicos en el cielo que se observaron en varias regiones. Este fenómeno, aunque raro, ha sido documentado en otros grandes sismos y se cree que es causado por la liberación de energía eléctrica debido a la fricción de las placas tectónicas.
En ese mismo año, el 19 de septiembre se registró un sismo de 7.1, aunque de menor magnitud en comparación con el de 7 de septiembre. El temblor ocurrió a las 13:14 horas, con epicentro a 12 kilómetros de Axochiapan, Morelos, en los límites entre Morelos y Puebla, y a 120 kilómetros de la Ciudad de México. Este sismo afectó gravemente a la capital del país y otras regiones, provocando la muerte de más de 350 personas y dañando numerosos edificios históricos.
Preparación (antes):
Durante el sismo:
Después del sismo:
JGH
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