Un caso de ‘bullying’ estalló en el Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios (CBTIS) 9, donde ‘Leilani’ sufrió el acoso constante de sus compañeras por un trastorno psíquico que padece, ante la negligencia de la directora, Zurisaddai Alejandro Mayo, al grado de intentar quitarse la vida y obligando a su madre a darle de baja del plantel.
Virginia de los Ángeles Esquivel narró que su hija, quien cursaba el cuarto semestre en la especialidad de Laborista Clínico, fue acosada desde el primer semestre, pues su Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) le genera ‘tics’ cuando está nerviosa, siendo objeto de burla, pero la única respuesta de la dirección era que ‘no volvería a pasar’.
En noviembre de 2023 arreció el ‘bullying’. ‘Leilani’ sufrió una crisis nerviosa que la envió al hospital por una ‘broma’ que le hicieron sus compañeras de salón quienes, además, la grabaron y publicaron el video en la red social Facebook. Ese día, nadie la auxilió, la escuela la dejó ir sin notificarle a su madre y llegó tarde a casa.
Doña Virginia acudió al día siguiente a reportar la situación y la respuesta de la dirección fue: ‘llévela a consultar’, pero la adolescente estaba tan afectada que intentó hacerse daño ella misma, razón por la que fue internada dos semanas en el Hospital Psiquiátrico. La escuela no castigó a la acosadora, solo la cambió de salón.
“Regresa mi hija al cuarto semestre y seguía el bullying, le ponían apodos, le decían cosas, yo seguía viniendo a reportarlo y me decían que mi hija tiene que aprender a vivir con eso”, explicó.
El 13 de marzo de 2024, ‘Leilani’ fue nuevamente acosada por una de sus compañeras en el mercado ‘Pedro Sáinz de Baranda’ y, cansada, le propinó una bofetada. Fue suspendida de la escuela, pese a que no ocurrió dentro del plantel, y demandada por la mamá de su agresora, quien además acusó a su víctima de intentar tirarla de las escaleras.
El 9 de mayo, ‘Leilani’ y su madre, así como su compañera y su madre, acudieron a la Fiscalía General del Estado (Fgecam), donde firmaron un acuerdo para cesar la agresión física y verbal. Sin embargo, la dirección de la escuela no permitió que la primera regresara al plantel, hasta entregar el acuerdo y que sea revisado por el ‘jurídico’.
Doña Virginia acudió a la Comisión de Derechos Humanos (Codhecam), a las secretarías de Educación (Seduc) y Pública (SEP), incluso a la propia Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI). Nada pasó.
La solución fue aislarla, ‘Leilani’ era acompañada hasta para ir al baño y se le negaba acercarse a sus compañeros, con la excusa de que podía agredir a alguien. El lunes pasado, la dirección del CBTIS 9 ofreció dos alternativas: que ‘Leilani’ sea cambiada al turno de la tarde o que tomara clases matutinas en línea, pero su madre se negó.
“¿Por qué nada más se castigó a mi hija y no a la otra muchachita? Ya me cansé, desde el 13 de marzo hasta ahorita no me dan una solución, le tuve que dar de baja a mi hija, y es un año de clases que va a perder”, consignó la afligida madre.
JGH
