Las icónicas pirámides de las zonas arqueológicas de Edzná y Calakmul, ubicadas en el estado de Campeche, han sido testigos de miles de años de historia y cultura. Estos monumentos antiguos, que atraen a turistas de todo el mundo, son joyas arqueológicas que deben ser preservadas para las generaciones futuras. Por esta razón, las autoridades han establecido estrictas normas que prohíben subir a las pirámides, con el fin de proteger su integridad y evitar daños irreparables.
¿Desde cuándo está prohibido subir a las pirámides en México?
Desde 2008, subir a la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá ha estado prohibido para preservar su integridad estructural. En el caso de Edzná y Calakmul, aunque la normativa puede variar, es crucial seguir las reglas establecidas para proteger estos sitios históricos. Recientemente, en Yucatán, un grupo de turistas burló la seguridad y ascendió a la pirámide de Kukulcán, lo que provocó indignación y llevó a las autoridades a reforzar las medidas de seguridad en los sitios arqueológicos.
¿Cuál es la multa por subir a una pirámide?
Las sanciones por violar estas normas no son insignificantes. De acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, escalar o ingresar a las estructuras arqueológicas puede resultar en multas que van desde $172,870 hasta $518,610 pesos. Estas sanciones buscan disuadir a los visitantes de cometer actos que puedan dañar los monumentos y asegurar que los sitios históricos se mantengan en óptimas condiciones.
La importancia de proteger estos sitios va más allá de las multas. Las pirámides de Edzná y Calakmul son testigos silenciosos de la grandeza de las civilizaciones que una vez prosperaron en la región. Preservar estos monumentos es un deber compartido por todos, tanto autoridades como visitantes. Respetar las normas establecidas es una forma de honrar el legado cultural y garantizar que estos tesoros históricos puedan ser apreciados por las generaciones venideras.
JGH