Campeche

Artesanas de Bécal abandonan sus cuevas ante el peligro de colapso

En la Villa de Bécal, Calkiní, los artesanos de sombreros de jipi-japa enfrentan graves problemas debido al deterioro de las cuevas artesanales donde trabajan, las estructuras tienen más de 50 años de antigüedad y comienzan a desprender parte de los techos y paredes
Los soportes metálicos están corridos debido al paso del tiempo, pero nadie da una solución. / Especial

Ubicado al Noroeste de la Entidad, a 95.5 kilómetros de la capital por la carretera federal Campeche-Mérida; Calkiní es considerado el municipio más rico en artesanías del Estado; la Villa de Bécal, que es la cabecera de la Junta Municipal del mismo nombre, ofrece una experiencia única y auténtica al realizar recorridos guiados en las cuevas artesanales para presenciar el proceso de la elaboración del sombrero; actividad que le ha valido ser nombrada “la cuna del sombrero de jipi”; sin embargo, este nombramiento está en peligro.

Decenas de artesanas dedicadas al tejido de sombreros de jipi-japa están abandonando sus tradicionales cuevas debido a que los techos ya presentan un grave daño; la estructura metálica que los sostiene se ha oxidado y esto ha ocasionado que el material empiece a desprenderse, por lo que temen que la cueva colapse cuando estén al interior trabajando en sus artesanías. Además de que en estos lugares incluso ofrecen cursos para elaborar sombreros tejidos, ya que la tradición se está perdiendo entre sus habitantes.

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Relataron que estas cuevas fueron acondicionadas desde hace más de 50 años, por lo que el riesgo de desplome es muy alto; ante esto, han buscado otros espacios para poder tejer sus artesanías, sin embargo, los pocos turistas que llegan a la zona, arriban buscando estos sitios por su gran valor cultural.

Tanto comerciantes como artesanas y artesanos consideraron que “es urgente que los legisladores y las autoridades locales trabajen en una solución inmediata para evitar que esta cultura y tradición desaparezca”.

Otros problemas

Sumado a esto, los artesanos señalan que cada vez son menos los que se dedican a la elaboración de sombreros y otros artículos, ya que no tienen un mercado fijo donde puedan comercializar sus productos; y a menudo son víctimas de los “coyotes” que se los compran a bajo costo y los revenden 10 veces más caro, lo que ha desanimado a los tejedores de esta comunidad, ya que es mucho el trabajo y poca las ganancias que obtienen.

Prueba de ello es que un comerciante le pidió a un artesano imitar un sombrero que se dobla y se introduce en una funda; lo elaboró y le pagaron cinco mil pesos en esa ocasión, en una feria este mismo comerciante vendió el sombrero a un turista en 15 mil pesos y el artesano se sorprendió al ver que el “coyote” se hizo de dinero sin ningún esfuerzo.

Desde entonces, los artesanos se sienten burlados y humillados, ya que les pagan lo que los “coyotes” quieran, cuando los que entregan el cuerpo y alma en el trabajo son los artesanos que a pulso elaboran sus productos.

Para ello, propusieron el rescate del edificio ubicado en el centro de la ciudad, propiedad del Gobierno del Estado, que bien podría servir para la comercialización de sus productos y tener mejores ganancias para poder comprar materia prima y seguir elaborando sus productos.

JY