Muchas veces, por miedo a represalias en contra de sus internos, como señalan que ha ocurrido en otras ocasiones, al ser golpeados y obligados a realizar tareas inhumanas, las familias sólo denuncian -de manera anónima- las anomalías que existen, así como las condiciones en que se encuentra el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Ciudad del Carmen, que cuenta con alrededor de 171 reclusos, entre ellos, cuatro mujeres.
Los familiares señalan que una semana antes de la visita de Layda Sansores San Román, Gobernadora del Estado de Campeche, llegaron dos camionetas al centro penitenciario con botes de pintura y algunos utensilios de los muchos que hacen falta, y obligaron a todos los reos a trabajar por largas horas para que diera la impresión de que todo estaba en perfecto estado.
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Cabe señalar que, según la información recabada por parte de parientes de los internos, un día en el Centro de Readaptación Social de Ciudad del Carmen equivale a 12 horas del horario normal, esto quiere decir que, por dos días completos que una persona privada de su libertad se encuentra recluida en este lugar, se le descuenta uno de su condena.
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Además, al interior de la penitenciaría existen diversos departamentos donde los reclusos pueden trabajar para ganar dinero e ir haciendo méritos para que les descuenten días de su condena.
Es decir, a un recluso que trabaja seis horas en el área de panadería y tortillería se le descuenta a su condena un día y medio, mientras monetariamente ganan por esas seis horas de trabajo, en el área de tortillería, 25 pesos que es utilizado para comprar víveres dentro de la tienda de la cárcel.
Aunque al interior del Cereso también tienen obligaciones como son la limpieza general del patio de juego, acondicionar las celdas, pintar y realizar labores de mantenimiento general y limpieza de baños, estas labores no cuentan como trabajo ni representan un ingreso para el recluso, sin embargo, actúa de manera positiva en su expediente al considerarse como buen comportamiento.
Discriminación
Muchos de los reclamos por parte de los reos es la falta de insumos para mantenimiento de las instalaciones, pues señalan que a pesar de que llevan meses exigiendo, las autoridades y el director del penal se hacen de la “vista gorda” ante las precarias condiciones del lugar.
En cada celda hay en promedio cuatro reclusos que carecen de servicios básicos, como agua para echar al baño, pues los custodios -de manera frecuente- apagan las bombas de agua y los dejan por varios días sin el líquido vital para poderse bañar y hacer sus necesidades fisiológicas.
Actualmente, existen dos áreas de castigos denominadas como el “calabozo” y la “zona negra”, ahí han llegado a encerrar hasta a 10 hombres al mismo tiempo; uno de los reclusos los describió como un pequeño cuarto de dos por tres metros, no cuentan con ningún tipo de acondicionamiento como cama o baño, y para orinar o defecar sólo hay una cubeta que ellos tienen que limpiar hasta que termine el castigo para todos.
Mientras que, en el área de cocina, las condiciones son prácticamente las mismas, ya que constantemente les dan de comer alimentos echados a perder o a punto de caducar, “esto ha ocasionado que muchos de los presos se enfermen y tengan que ser trasladados al Hospital General “Dra. María del Socorro Quiroga Aguilar” por la infección estomacal, pues hay quienes han contraído salmonela”, dijo un familiar.
Inseguridad interna
El último motín que se registró en el Cereso de Carmen fue en julio del 2021, cuando dos grupos del crimen organizado que se disputan el control de las instalaciones, provocaron una riña donde una granada de fragmentación de manufactura casera explotó dejando a varios internos heridos.
En ese momento, las autoridades indicaron que los presuntos responsables y el actor intelectual de ese atentado fueron trasladados en un fuerte operativo de seguridad a San Francisco Kobén para tenerlos más vigilados y evitar nuevos enfrentamientos.
Actualmente, el Centro de Readaptación Social de Ciudad del Carmen tiene un total de 171 internos, de los cuales cuatro son mujeres que se encuentran en el pabellón de seguridad para ellas; además, de esas 171 personas privadas de su libertad, 27 están en espera de que alguno de los jueces les dicten auto de formal prisión y condena, por lo que mientras se encuentran en la galera denominada como “zona verde”, que es donde mantienen a los internos de baja peligrosidad y que están en espera de la resolución de su situación jurídica.
Cabe decir que, según las estadísticas ofrecidas por dependencias federales, en el penal de la Isla hay reclusos de diferente peligrosidad, algunos pertenecen a cárteles del narcotráfico, como el brazo armado de los “Zetas”, conocido como Pura Gente Nueva (PGN), el Cártel del Golfo y otros más implicados con drogas.
Días de visita
Los días que pueden recibir visitas de sus familiares son los martes de 8:00 a 16:00 horas, los domingos son más concurridos, ya que asisten cientos de personas con un horario de cierre de hasta las 18:00 horas, debido a la cantidad de gente que llega.
Los miércoles son utilizados para que los reos que tienen buena conducta reciban de sus familiares despensas y utensilios autorizados, como medicamentos y revisiones de médicos externos por alguna enfermedad.
Los sábados son de visita conyugal, por lo que las parejas de los reclusos los visitan con un horario de entrada de 18:00 horas y con hora de salida a las siete de la mañana del día siguiente.
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CC