La presencia de tiendas chinas en Ciudad del Carmen representa una competencia desleal y no existe autoridad que las regule, pese a que ofrecen productos de baja calidad. Lo más grave es que están acabando con la industria mexicana. Sergio Martínez Herrera, integrante de la Asociación de Comerciantes en Pequeño de Carmen, indicó que, con la instalación de un negocio asiático, las ventas han caído un 60 por ciento para todos los comercios ubicados en el Centro y en el Mercado “Alonso Felipe de Andrade”.
Para el comerciante de mochilas, las tiendas chinas son un flagelo a nivel nacional, porque todo comenzó en la Ciudad de México, donde se concentran los artículos de importación. Ahí, los chinos desplazaron a los comercios que iban a surtirse a la capital del país; pero no conformes con eso, han llegado a todos los estados y, en muchos casos, a los municipios.
En la isla, se instalaron dos tiendas chinas: la ubicada en la calle 35 por 26 se llama Duo Mai, y la otra, Baima, está en la Plaza Palmira. Ambos establecimientos venden de todo, incluyendo alimentos importados, electrónica, perfumería, cosméticos, ropa, ferretería, artículos para el hogar, plásticos, cristal, productos para animales, papelería, decoración y más.
Todo esto ha provocado una caída estrepitosa en las ventas, y no hay quien ponga un alto a la situación. “Los comercios establecidos en la calle 22, en el estacionamiento El Tamarindo, en el andador Arturo Shields, en la calle 35 y en el Mercado ‘Alonso Felipe de Andrade’ hemos perdido ventas. Llegó una tienda grande que ofrece precios bajos, pero productos de muy mala calidad. Aun así, nos perjudica porque el único giro que no tienen es farmacia, ya que venden desde un prendedor hasta un tornillo; todo lo han abarcado”, dijo.
Para Martínez Herrera, al paso que van con la invasión comercial china, les pasará lo mismo que sucedió cuando llegó la primera tienda de conveniencia de 24 horas, que provocó el cierre de miles de abarroteras en todo el país, y en Ciudad del Carmen, así pasó; también está sucediendo con las farmacias de cadena. Dijo desconocer qué autoridad podría intervenir en esta competencia desleal que enfrenta el emprendimiento y el comercio local.
“Podría ser PROFECO la que tenga que intervenir porque los productos no son de calidad. No inspeccionan que cumplan con los valores nutrimentales. Incluso, si vas y compras, si pides factura fiscal, te dicen que no emiten estos comprobantes, lo que indica que están en México sin pagar impuestos. Por lo tanto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público también debería obligarlos a tributar o al menos regular los artículos que venden”, reiteró.
Por último, el comerciante exigió a quienes se dedican a las ventas en la zona centro hacer un frente común para obtener atención de la autoridad competente. Porque, si bien no están en contra de la llegada de inversiones, deberían analizar cuántas familias están afectando, ya que cerrar un local significa pérdida de empleos y crisis económica en los hogares carmelitas.