Amayrani Guadalupe Abreu Barrera, quien vive en la colonia centro en la Villa de Sabancuy, dijo que gracias a que se buscó el cayuco que le habían robado el martes en la mañana apareció en un monte a unos dos kilómetros de donde estaba.
Señaló que es necesario que las autoridades vigilen y atrapen a los delincuentes para que los robos no sigan en aumento, ya que lamentablemente en la madrugada del miércoles se robaron otro cayuco.
Dijo que su cayuco es su herramienta de trabajo, ya que se dedica a vender mojarras y sin el cayuco no una a poder trabajar, por lo que fue a la Fiscalía a denunciar el robo y buscaron a los alrededores del lugar donde había dejado el cayuco y pudieron encontrarlo.
Comentó que al parecer los delincuentes lo dejaron lejos del lugar para después regresar para llevárselo, puesto que el miércoles por la mañana se llevaron otro cayuco.
Señaló que un cayuco cuesta alrededor de 10 mil pesos, por lo que es un golpe fuerte el que le dan a su economía si se los roban, ya que la situación económica de la mayoría de los pobladores no es buena debido a que hay pocos empleos y la mayoría de los productos de la canasta básica han ido en aumento.
Por su parte C. S. H. a quien en la madrugada del martes le robaron un celular que tenía en la mesa dentro de su casa, dijo que es difícil que aparezca su celular, sin embargo, exhorta a los pobladores a no comprar lo robado.
Señaló que si los pobladores dejaran de comprar los artículos robados, los delincuentes no tendían “mercado” donde vender todo lo que roban y dejarían de robar, sin embargo, al saber que les compran todo lo que hurtan, lo hacen a diario.
Dijo que lamentablemente hay muchos pobladores que han caído en los vicios de las drogas y el alcohol y roban para vender los artículos robados para que puedan comprar su “vicio”.
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CC