Un campesino que trabajaba en su milpa con sus familiares murió de un infarto ocasionado por un disgusto, al escuchar disparos de armas de fuego —al parecer de cazadores furtivos—, lo que originó su preocupación por los animalitos que tiene en un terreno cercano. Al ir en busca de estas personas comenzó a sentirse mal y se desmayó; sus acompañantes dieron parte a las autoridades.
Al lugar llegaron elementos de la Policía Municipal destacamentados en la Junta Municipal de Bécal, quienes se vieron obligados a subir al campesino a la patrulla para llevarlo a un hospital, debido a que la ambulancia no llegaba y llevaba casi una hora inconsciente, pero con signos vitales.
El hombre falleció alrededor de 20 minutos después de haber llegado al hospital. El personal médico dio la mala noticia a los familiares, quienes señalaron que su pérdida se debió a la demora en el traslado desde que éste se desvaneció.
Luego de lo ocurrido se dio parte a las autoridades ministeriales de la Vicefiscalía para la averiguación de los hechos.
En su declaración, los deudos comentaron que el adulto mayor se alteró e hizo mucho coraje cuando escuchó desde su milpa los disparos de presuntos cazadores furtivos. Comentaron que no resistió al preocuparse por sus animales en un terreno cercano, temiendo que se los robaran. Por ello, al caminar deprisa, se desplomó ante la mirada de sus parientes, quienes nada pudieron hacer para ayudarlo al encontrarse lejos de la Junta Municipal, más que marcar al número de emergencias para pedir ayuda; sin embargo, su corazón no resistió.
Agentes de la Vicefiscalía llegaron al hospital para verificar el reporte y entregar el cuerpo a una funeraria para que lo trasladen a la Villa de Bécal, donde tenía su domicilio el occiso, situado frente a la Escuela Primaria del barrio Norte.
JGH