Gerardo P. G, funcionario del Ayuntamiento de Hopelchén --de 26 años de edad--, acabó con su vida por la madrugada del domingo 18 de febrero; no dejó carta póstuma. Su esposa F. B. descubrió que su conyugue estaba colgado y dio aviso a sus demás familiares, pero no se pudo hacer nada al respecto.
Fue el primer suicidio del año en la zona chenera: resulta ser un joven y deportista, además estaba asignado en las oficinas de Tesorería del Ayuntamiento. Fue visto anoche por sus vecinos, estaba compartiendo amistad con sus conocidos: presuntamente de manera etílica. Su cuerpo fue descubierto antes del amanecer, externaron quienes llegaron al lugar.
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Los familiares muy sigilosamente lo querían decir, pero podría tratarse de un hecho de suicidio; por lo que las autoridades intervinieron. Los agentes policiacos, así como la Fiscalía General del Estado (FGE) asignados en Hopelchén, hicieron las primeras investigaciones pertinentes.
El joven apenas tenía a una niña de escasos años de edad, junto con su esposa. Nadie sabe cuál fue el motivo que haya sido crucial para decidir cometer el suicidio. Los elementos de la Fiscalía y el Servicio Médico Forense (SEMEFO) levantaron el cuerpo para llevarlo a la autopsia de ley.
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Después, se regresará para su velación y cristiana sepultura. Quienes conocieron al joven dijeron que era muy alegre y muy cumplidor en Tesorería del Ayuntamiento, pero nadie sabe porque tomo esta determinación fatal: con la que dejó en la orfandad a una menor de apenas dos años.
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FAR