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Cultura

Said Dokins: grafitero internacional con una caligrafía rebelde

Edgar Rodríguez Cimé

 

En el artista urbano mexicano Said Dokins, egresado de la carrera de artes visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en caligraffiti, los extremos se tocan: calle y academia, Oriente y Occidente, caligrafía y grafiti, lo prehispánico y lo contemporáneo, por lo cual figura como un exponente destacado del arte en el mundo de hoy.

Dokins resulta uno de los pocos “embajadores” del movimiento caligraffiti, fundado por el artista holandés Niel Shoe, pues su obra ha sido exhibida en galerías y museos de España, Alemania, Holanda, Bélgica, Reino Unido y Francia. Sus impresionantes murales caligráficos, donde convergen estéticamente Oriente y Occidente, se encuentran en muchos países de Europa y Latinoamérica, comenta Marco Appel para Apro.

Su impacto estético y social ha sido tal en el mundo contemporáneo que “la revista Forbes lo incorporó en diciembre de 2017 en su lista de 50 mexicanos más creativos”. La publicación quedó fascinada por dos de sus obras en particular en territorio europeo: un mural gigantesco de mil 200 metros cuadrados sobre paredes de una antigua central eléctrica de Munich: Chalchihuite, con poemas sobre el tiempo, de la cosmogonía “indígena” mexicana.

Heliográficas de la memoria fue otro innovador proyecto visual implementado en Europa: instalación de figuras y letras con caligrafía de grafiti, creadas con haces de luz, que Dokins realizó junto con el fotógrafo Leonardo Luna en varias plazas públicas europeas icónicas.

El estilo de Dokins: entremezcla caligrafía oriental, asiática, y occidental con simbología prehispánica y contemporánea (grafiti), “impregnados de una fuerte carga de crítica social: migración, autoritarismo, desapariciones forzadas, identidad, memoria histórica, movimientos estudiantiles de protesta o represión son temas de algunas de sus obras”.

Entre sus murales memorables está El orden se derrumba, pintado en una franja de la barda de metal fronteriza entre México y Estados Unidos, del lado de la ciudad de Mexicali, donde filosofa públicamente en los apocalípticos tiempos en que nos tocó (sobre) vivir.

Y dos murales más realizados en la ciudad de Londres, Inglaterra, en conmemoración del primer aniversario de la desaparición-tortura-asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. En estos últimos, ordenó, en círculos concéntricos, palabras de la activista Rosario Ibarra de Piedra, cuyo hijo está desaparecido desde los años 70 del siglo XX: “Saldrás de cualquier lugar en cualquier parte, a recibirme y abrazarme y recuperaré en ese abrazo todos los soles que me han robado”.

“Me interesa la potencialidad de la palabra a nivel simbólico y filosófico, pero también los espacios, el contexto y la idea de la iluminación, no en el sentido espiritual, sino en el de echar luz sobre algo; un iluminismo crítico: vamos a descubrir cómo operan las cosas o a hacer un señalamiento”, comenta Dokins.

El artista mexicano cerró intensamente, como sus reconocidas obras, los últimos meses del año realizando murales en ciudades de varios continentes: Australia (Queensland), España (Ibiza) Italia (Cerdeña) Francia (Villars Fontaine) Noruega (Stavanger), Estados Unidos (Michigan), Colombia (Bogotá y Medellín) y Ecuador (Guayaquil).

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Colectivo cultural Felipa Poot Tzuc

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