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Cultura

Edgar Rodríguez Cimé

En la resistencia biocultual y el desarrollo estético contemporáneo

A pesar de los coletazos del monstruo neoliberal que se niega a morir, con sus consiguientes amenazas al medio natural por las tenazas apretantes del cambio climático, aún fue posible entregar buenas cuentas en lo relativo a la resistencia biocultural y el desarrollo estético comunitario en territorio maya durante el combativo 2018.

Con lo viejo que estoy, pensé que me iba a ir a descansar bajo la Gran Ceiba sin ver la cercanía de los principales compañeros que orientan luchas de resistencia biocultural en el territorio maya de la península yucateca, por lo cual me dio mucho gusto enterarme del manifiesto lanzado por varios colectivos mayas contra empresas locales, nacionales y extranjeras que imponen “consultas ligth” sobre perjuicios y beneficios de proyectos empresariales en tierras de propiedad maya.

Al parecer, los tunkules comienzan a expandirse hasta otros rincones del Mayab, donde también ha prendido la llama de la resistencia, como en Dziuché, Quintana Roo, donde los pobladores se organizan para resistir embates de los dzules (blancos) de “Amigos de Siankaán” (si así son los “amigos” imagínense los enemigos) que pretenden arrancarles la posesión de la hermosa laguna, principal atractivo turístico aprovechado comunitariamente, así como una vasta zona forestal para explotarla comercialmente, cuando sirve de “pulmón verde” en esta zona maya.

En ese escenario, la fortaleza y lucha kanekeana (de Kan Ek) de los pobladores del pueblo de Homún, los ha llevado a conquistar un amparo contra la violación a los derechos humanos fundamentales de sus niñas y niños en la salud, nutrición y ambiente, entre otros, por la empresa local de la mega granja de cerdos, que convenció el criterio de la jueza quien dictamino a favor de los derechos de los Abajo, como diría el escritor revolucionario Mariano Azuela.

En el escenario literario, me atreví a publicar mi libro de cuentos, relatos y crónicas Sexo Virtual (“el que se arriesga cruza el río”) con un método nuevo en estas ardientes lajas yucatecas. Sexo Virtual sirvió de pretexto para dar forma a la idea-propuesta de publicar un libro de forma independiente con financiamiento colectivo mediante el “fondeo comunitario de recursos”.

La idea es contribuir a las ediciones independientes a través de reafirmar la red de familiares, camaradas, amigos y fans (en ese orden), para integrar un directorio de donantes de diferentes cantidades, quienes aportarán la cantidad necesaria; posteriormente editada la obra, se les compensará con un lote de textos.

Y todavía más: la presentación del libro será también pretexto para programar una “noche de reconocimientos a personajes ilustres de la cultura maya contemporánea de Ticul, Ciudad Cultural: artistas populares, custodios de los saberes mayas (h menes / yerbateros / curanderas / comadronas / responsables de gremios / cocineras, así como a intelectuales locales, por parte de la Biblioteca y Librería “BaDu” y el colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”.

[email protected]

Colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”

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