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Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos

Angel Miguel ValienteIV755Glosa

Así cual mueve la palma

sus verdes y duras hojas,

tan constantes mis congojas

se agitan dentro del alma.

Manuel Colón

Adiós, mujer inconstante,

nube de verano, adiós,

vete que yo sigo en pos

de tu memoria punzante.

Yo siempre te amé bastante,

por ti se avispó mi calma,

tú me moviste del alma

las almibaradas cuencas,

como sus alegres pencas

así cual mueve la palma.

Aún la palabra primera

del amor que te pedí

parece decirme, sí,

te quiero, ¿quién lo dijera?

Tu versátil primavera

acentúa mis congojas,

con tu olvido me despojas

del árbol de mi interés,

y veo caer a tus pies

sus verdes y duras hojas.

Confié en tu amor, mi cariño

era puro y transparente

y en el cristal de tu frente

me miraba como un niño.

Pero tú, mujer de armiño

a la ingratitud te arrojas,

y como ríen las hojas

del amor que me fingiste

gimen en mi pecho triste

tan constantes mis congojas.

De aquellos dulces excesos

de tus erotismos sabios

aún no electriza los labios

la corriente de tus besos.

Pájaros que llevo preso

cual las fibras en la palma,

secretos de miel y calma

y de fervientes acuerdos

que hoy sólo como recuerdos

se agitan dentro del alma.

Francisco Riverón Hernández

I756Dolor de tierra adentro

Yo soy la voz irredenta

que en el campesino huerto

grita por el surco abierto

sobre la tierra sedienta.

Dolor sonoro que alienta

en la entraña de una lira.

Voz de Cuba que suspira

por las pencas de una palma.

Raíz de angustia en el alma

de la décima guajira.

Aprendí en la escuela brava

de las lomas y los prados,

la canción de los arados

rompiendo la tierra esclava.

Sé del temor que socava

el entusiasmo sitiero,

que ha sembrado en un cantero

cinco siglos de labor,

disolviéndose en sudor

para un patrón extranjero.

Soy corazón tropical

que una boca extraña muerde,

miseria gris junto a un verde

dolor de cañaveral.

El azúcar lleva sal

de mi sangre en cada grano.

(Oro de sudor cubano

enriquece a los impíos).

Y el sueño trunco en Dos Ríos

se hace un sollozo en mi mano.

II757Caimán sonoro

Cuba: maraca, palmera,

azúcar, tabaco y ron,

cintura que mueve un son

vestido de guayabera.

Frente de alta primavera

con el cielo de guirnalda.

Cuba: Caribe esmeralda,

suspiro de tabla y guano,

con un sudor antillano

del corazón a la espalda.

Cuba: pregón que se agarra

de la calle y de la acera,

prendido a la plañidera

dulzura de una guitarra.

Zunzún, sinsonte, cigarra

colgándose de la brisa;

Cuba: rebelde sonrisa

dada en un hilo de amor,

que con tela tricolor

se ha bordado una camisa.

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