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Luis Carlos Coto Mederos.

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En el centro nocturno Maxim Rock no cabe nadie más. Espacio de no muchas capacidades en la habanera calle Bruzón, cerca de la Terminal de Ómnibus, fuera de los circuitos culturales de primer orden en la capital cubana, los aficionados al rock saben lo que buscan y lo encuentran. Noviembre llega con el festival Patria Grande y la arribazón de rockeros latinoamericanos no se hace esperar. La sede principal del evento, a cielo abierto, se ubica en el Pabellón Cuba, en la populosa Rampa, que desemboca en el Malecón. Pero los más fervientes admiradores del género prefieren la íntima vibración del Maxim, y esta noche de sábado aguardan por sentirla con intensidad cuando el local se inunde con los sonidos de la banda mexicana Tijuana No!

Muchos de los presentes conocen de qué se trata, pues han hecho un culto de las bandas latinas de su preferencia, y los mexicanos figuran entre estas. Es más, preguntan cómo les irá sin Julieta Venegas. Los aficionados cubanos son capaces de recitar ante cualquier advenedizo la biografía de la agrupación: la fundación en 1988; la muda de nombres desde Radio Chantaje hasta el actual, adoptado en 1990; la sorpresa que sus integrantes se llevaron ante el éxito de su primer disco, No, por el sello independiente Rock and Roll Circus, que originó su reedición por una filial de la transnacional BMG y la inclusión de una colaboración del hispano-francés Manu Chao; la consolidación de calidades en los álbumes Transgresores de la ley (1994) –con alusiones d apoyo a los zapatistas–, Contra Revolución Avenue (1998) y Rock del Milenio (1999); la desintegración en 2002 que generó desasosiego y frustración entre sus seguidores; y la muerte en 2004 de uno de sus fundadores, Luis Guereña, a quien siempre recuerdan.

Por suerte, la banda se reanimó en 2010 y, con sus hiatos y paradas, y con independencia de los emprendimientos individuales de sus actuales integrantes, Tijuana No! respira. El baterista Alejandro Zúñiga, fiel a su residencia en Tijuana, declaró: “Hemos vuelto no por nostalgia, sino por necesidad de hacer nuestro arte”.

Para viajar a La Habana han llenado de aire sus pulmones. La estación cubana ha sido calificada por sus actuales integrantes como una reunificación inédita, puesto que han sumado nuevamente a Ceci Bastidas, cantante, compositora y tecladista, radicada en Los Ángeles y uno de los pilares históricos de la banda.

Rock con reggae, música con sentido social. Tijuana No! siguen siendo transgresores, más de la ley, de las convenciones paralizantes. En sus cantos defienden el derecho a la educación, el trabajo, la tierra y la dignidad humana. La cosa está en hacer estremecer al público con sus ritmos e inocular ideas. El rock no como enajenación sino como compromiso. Alguien fue rotundo al gritar: “¡Este es el sonido de la resistencia!”.

De eso va Patria Grande en su sexta edición. Organizado por la Asociación Hermanos Saíz, el Instituto Cubano de la Música y Tertius Orbis, Patria Grande 2019 está dedicado a los 500 años de La Habana, con la etiqueta #NoMásBloqueo. La iniciativa fue fundada por el músico, promotor y productor argentino Sebastián Heredia, inspirado en eventos de rock latino como el mexicano Vive Latino y el colombiano Rock al Parque. Actualmente es auspiciado por el Ministerio de Cultura de Cuba y en otras ediciones logró traer a la Isla bandas e intérpretes internacionales de primera línea como las bandas Puya (Puerto Rico), Carajo (Argentina), No Te Va Gustar (Uruguay) y la rapera chilena Ana Tijoux.

El músico panameño Emilio Reguera, de Los Rabanes, expresó: “Hay una energía muy fuerte por estar por primera vez tocando en Cuba, por compartir escenario con Aterciopelados, con Tijuana No!, con un cartel de lujo de bandas cubanas también; de compartir sobre la escena y bajo la escena. Este es un abrazo de hermandad, de colegas, para todo el público, para toda la gente en Cuba, para todos los músicos, y para todos los que sienten la vibra del rock and roll. Estamos en solidaridad con ustedes, sabemos que son momentos complejos, pero nada de eso nos quita las ganas de estar aquí en la primera línea”.

Antes de sus presentaciones, el tijuanense Zúñiga precisó: “Fue un gran esfuerzo pero estamos aquí, y queremos aprender sobre esta justicia social a la que aspiramos que en nuestro país. Yo veo en Cuba a un país vivo del cual tenemos mucho que aprender. Hace tiempo ansiábamos venir aquí y defender que todos somos americanos”.

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