Pilar Faller Menéndez
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Jules Gabriel Verne nació en Nantes, Francia, en 1828 y murió en Aimens, en 1905. Fue un escritor francés al que se le puede catalogar como uno de los padres de la literatura moderna de la ciencia ficción, de la que muchos aficionados a la lectura han tenido el placer de disfrutar, ya que después de Agatha Christie, ha sido el escritor al que más libros se le han traducido y muchas de sus obras han sido adaptadas al cine. Fue a través de sus relatos, una especie de Leonardo da Vinci, que predijo con una increíble exactitud en sus obras de relatos fantásticos la aparición de algunos avances tecnológicos del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos y las naves espaciales.
Como muchos escritores, Julio Verne estudió derecho, según la tradición familiar, y tuvo a bien contraer nupcias con una viuda rica, después de lo cual obtuvo una posición acomodada, pero fue solamente hasta que gozó de un éxito avasallador con su literatura cuando se dedicó en exclusiva a escribir.
Contaba con 11 años (1839), cuando ya la fantasía y la intrepidez rondaban por su cabeza, ya que enamorado de una prima, tuvo la osadía de embarcarse en un barco con destino a las Indias, en un acto romántico de traerle un collar de coral. Como es de esperarse, su padre impidió semejante hazaña poco antes de partir, seguida de una paliza que al menos hubiera valido la pena si se hubiera ganado el amor y no el desdén de la desagradecida prima, motivos por los cuales se cree que Verne desarrolló cierta misoginia, así como una rebeldía que encontró refugio en la expresión desbordada de fantasía que ofreció al mundo con su literatura.
Después su intento fallido de embarcarse en busca de aquel preciado collar, Verne no volvió a rebelarse sino a través de sus libros de una manera críptica y eludiendo algunos temas o hechos, como si tuviera cierto temor de decir demasiado, y sintiendo una aversión hacia aquello que fuera a ser provocador, inverosímil o que se saliera de las normas establecidas, debido a lo cual sentía una necesidad de exorcizar esos pensamientos a los cuales sentía terror, motivo por el cual limitó sus visiones en sus creaciones literarias, dentro de un límite razonable que no excluían la posibilidad de hacerse realidad, tomando en consideración de la celeridad de los avances tecnológicos de su tiempo. Es así como logra realizar una simbiosis entre la fe, la tecnología del futuro y sus héroes, creados con valentía, inteligencia y bondad, que siempre triunfaron ante la ignorancia y la incredulidad.
Siguiendo con los deseos de su padre, al que le debió la disciplina y sobre cualquier ambición el cumplimiento del deber, ingresó a la edad de ocho años, junto con su hermano, al seminario Saint-Donatien. Tiempo después, en el liceo de Nantes estudió retórica y filosofía, para luego viajar a París para continuar la carrera de leyes como su padre, Pierre Verne. A los veinte años comenzó a escribir textos de teatro y sonetos, por lo que, dos años más tarde, después de aprobar su tesis doctoral como abogado, opta por la carrera de letras, sin imaginarse los lugares fantásticos que conocería a través de su imaginación.
Como la mayoría de los principios literarios, los suyos fueron difíciles, ya que sus piezas de teatro no alcanzaron gran divulgación, por lo que tuvo que sobrevivir como profesor. Durante dos años fungió como secretario de Henri Seveste, dramaturgo y gerente del Teatro Lírico, y publicó algunos tímidos relatos que no harían que todavía llegara la fama, por lo que se convirtió en agente de bolsa y comenzó a viajar, continuando con sus escritos, por países como Inglaterra, Escocia, Escandinavia y Noruega. Dos años después contrajo matrimonio por la conveniencia económica que le procuraría su esposa, a la cual no trató bien debido a su misoginia. Continuó con la conflictiva relación que mantenía con su padre, que no aprobaba sus incursiones literarias, motivo por el cual, cuando Julio alcanza la independencia económica, rompe la relación definitiva con su padre.
Posteriormente, conocería al editor Pierre-Jules Hetzel, que lo lanzaría a la fama, después de leer sus textos, de los cuales el primero en publicarse fue Cinco semanas en globo, en 1863, alcanzando un éxito que estimuló a Verne continuar con el tema de aventuras y fantasía, a lo que se le sumó una colaboración regular para la revista Magazine d’education et de récreéation, llegando a la celebridad en poco tiempo. Sus conocimientos geográficos adquiridos a través de sus viajes por Europa y África, Norte Américas, aunados a su entusiasmo que trajo la Revolución tecnológica e industrial, lo convirtieron en un experto en relatos que incluyeran viajes y aventuras de corte científico. Dominaba el suspenso, lo cual le permitió combinar situaciones extravagantes con momentos poéticos, a través de una prosa amena y ligera.
Sin esperar mucho, se sumerge en la redacción de Viaje al centro de la tierra al año siguiente, novela en la cual aplica temas como la geología, paleontología, mineralogía, así como la descripción a detalle de animales antediluvianos, que dejaron una vez más esa gran intuición científica que poseía, ya que dejó maravillados a los expertos en los temas tratados. De la Tierra a la Luna surge en 1865, novela que despertó el interés de realizar viajes espaciales, llegando a confundirse a tal grado la fantasía de sus textos con la realidad, que recibió cientos de cartas para solicitar un lugar para el próximo viaje lunar. Ante tal acogida, Verne, quien en De la Tierra a la Luna describe solamente los preparativos para el viaje lunar, escribe la segunda parte, que completa la historia Alrededor de la Luna, cinco años después, en donde se relata el viaje, como un presagio de lo que el mundo atestiguaría casi 100 años de que esta ficción se hiciera realidad.
Fueron muchos los libros inolvidables que escribió, pero probablemente el más leído y conocido fue: Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) que, transcurridas las décadas que llegaron y sobrepasaron al día de hoy el siglo de la primera construcción del submarino, novela en la cual surge la legendaria figura del Capitán Nemo, quien conducirá a tres hombres a través del mundo submarino, viviendo aventuras dentro y fuera del mar, con la fantasía de todos los tesoros y especies marinas de las que actualmente se conocen, y en su tiempo, fueron meramente ficción. Fue como si Verne fuera capaz de conocer el futuro o hubiera viajado a través del tiempo.
La isla misteriosa, publicada en 1874, es otra novela clásica y maravillosa de Verne, en la cual se narra cómo un grupo de personajes llegan accidentalmente a una isla y que gracias a su protagonista, un ingeniero, Cyrus Smith, logra que el grupo perdido sobreviva en una isla llena de aventuras y fantasías, así como peligros que enfrentar.
La literatura de Verne no se basó meramente en ficción, muestra de ello es La vuelta al mundo en ochenta días, de 1873, una obra que ha sido llevada a la pantalla con diferentes versiones; tanto en dibujos animados, como personajes reales. La trama es tan popular que podría decirse que es un clásico moderno.
La lista de sus libros es vasta y se han nombrado solamente algunos porque sería imposible hacer un recuento y sinopsis de cada obra. De lo que el lector puede tener la seguridad es que el autor, junto con los personajes de sus libros, vivieron las aventuras narradas, motivo por el cual probablemente Verne permaneció mucho tiempo encerrado creando ese mundo de fantasía que llegó a superar el medio centenar de obras, lo que le valió la fama y la condecoración en el año de 1892 de la Legión de Honor por sus aportes a la educación y la ciencia.
Durante el siglo XX, los textos de Verne fueron el legado literario de niños y jóvenes que pudieron disfrutar la lectura de unos textos que podían ser reales, por los lugares recónditos en los que se encontraban, así como las situaciones que sus personajes vivían. Si bien, hay en la obra de Verne una idea clara que se trata de ficción, no hay que perder de vista que esa ficción era lógica y no impensable, por lo que, hasta la fecha sigan siendo recordados y leídos muchos de sus obras, que han sido llevados hasta la pantalla grande.