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Cultura

Ecos de mi tierra

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Trabalenguas

De mi corazón sería

corazón de mi razón

regálame un corazón

de la corazonería.

Corazón, coraza mía,

con razón razonaremos,

es mejor que razonemos

porque si no razonamos

con el corazón peleamos,

nos descorazonaremos.

Narizona, nariz mía,

nácar, narizonerita,

dóname una naricita

de tu narizonería.

¿Y de que naricería

estas narices tenemos?

Razona, razonaremos,

porque si tú no razonas,

con estas dos narizonas

nos desnarizonaremos.

De la tamarindería,

tamarindo del lindero,

yo soy un tamarindero

que un tamarindo tenía.

La tamarindología

trata del tamarindito,

del tamarindo lindito,

de la tamarindarela

y de la tamarindera

con un tamarindalito.

En el cesto de basura

hay cascarones de huevo,

un pan que sabía a cebo

y un cacho de yuca dura.

También boté una fritura

que se quemó en la cazuela,

y un mocho viejo de vela

que se quedó sin la mecha,

una media rota, estrecha,

y un colador que no cuela.

Pantaleón Ponte Tolón

se marcó unos pantalones

y se puso en los faldones:

pantalón de Pantaleón.

Pantaleoncito Calón

otro pantalón tenía

y Pantaleón le decía

parlando de esta manera:

no es esa pantalonera

de mi pantalonería.

Leoncio Yanes

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Mi musa enloqueció

Esto es una poesía

que no es décima ni es ná,

la hice de madrugá

en una noche muy fría.

Comiendo así catibía

pasé las horas sin sueño,

sin objetivo ni empeño;

filosofando me dije

que soy más feo que un güije

y tan bruto como un leño.

Paso el tiempo lamentando

una cuchara de antaño

que se me fue por el caño

¡Ñó! Todo lo estoy botando.

Y les seguiré contando:

(Le revelo y no lo diga)

creo ver sobre una viga

en tremendo ñaca-ñaca

a un toro con una vaca

y el elefante y la hormiga.

El elefante, un gigante

y ella una hormiguita loca,

es quien quiere y lo provoca

a una unión impresionante.

¡Y no va ni atrás ni adelante!

El colmilludo galán

(que no toca en los Van Van)

ruge cual locomotora

y lleva más de una hora

cogiendo lo que le dan.

Mañana me iré al mercado

y comeré algo distinto,

quiero comprar vino tinto

para freír el pescado.

Un aguacate morado

del tamaño de un melón,

maíz tierno y salchichón

para cocinar ajiaco,

hartarme, fumar tabaco,

y coger indigestión.

Israel Castellanos Jiménez

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