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Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos

352La guagua y el camión

Cierto camión vio pasar

una guagua y la siguió,

porque mucho le gustó

su forma de caminar.

La guagua tenía un par

de focos junto al timón

que era una exageración;

y en medio de todo esto,

una goma de repuesto

que llamaba la atención.

El camión enamorado

de su guagueril belleza,

le dijo con sutileza,

acercándose a su lado:

Me tienes desesperado

desde el día que te vi,

lo puedes creer así;

y si es posible, Carlota,

doy hasta la última gota

de gasolina por ti.

Pero ella, la más coqueta

que vieron ojos humanos,

contestó, con las dos manos

puestas sobre la corneta:

Mire, no se comprometa,

y guarde su poesía,

yo estoy joven todavía,

de todo tengo bastante,

y usted va sin carburante

ni corriente en la bujía.

Y aquel infeliz camión

que era pobre, pero honrado,

se fue a un rincón apartado

a llorar su decepción.

Al cielo pidió perdón,

se arrancó el motor de arranque,

viró bocabajo el tanque,

botó su caja de bolas,

cogió una enorme pistola

y se dio un tiro en el cranque.

Ficho Guía

353Con tiras de longaniza

Mamita, el que viene aquí

parece un hombre decente,

y usted como inteligente

sabrá si viene por mí.

¡Hijita, soltera fui,

nunca tuve tanta prisa!

¡Mamita, me causa risa,

si en tu tiempo al perro bravo

lo amarraban por el rabo

con tiras de longaniza!

Anónimo

354En Mina Rita

Una mañana temprano,

yendo yo pa´ Mina Rita,

me encontré una señorita

con un tibor en la mano.

Dispénseme, ciudadano;

fue el saludo que me dio.

Pa´ una orilla lo botó

de una manigua cercana,

y yo le dije: cubana,

tu saludo me mató.

Anónimo

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