Carlos Alberto Pérez y Pérez
El 9 de abril de 1917 el gobernador del estado, Salvador Alvarado, expidió el decreto 670 mediante el cual establecía la Ciudad Escolar de los Mayas. Dicho establecimiento fundado en el suburbio de Itzimná de la ciudad de Mérida, se ampliaría, de acuerdo con el decreto según las necesidades de su crecimiento. De acuerdo con la Ley General de Educación Pública, este decreto establecía la creación de una institución conocida como Ciudad Escolar de los Mayas o Escuela Normal por el Trabajo para maestros rurales, con el propósito de formar a los jóvenes campesinos destacados de las escuelas de las haciendas y los pueblos pequeños, para que continuasen sus estudios en esta escuela y regresaran a sus comunidades de origen como profesores de los niños y jóvenes de dichos lugares, en los que por entendidas razones conocían muy bien.
El decreto establecía, entre otras cosas, que teniendo en consideración que la población indígena se encontraba hacía poco todavía sustraída del bienhechor influjo de la educación; que la obra entonces iniciada a favor de la población campesina por medio de las escuelas rurales no era bastante para satisfacer los anhelos públicos, tanto en virtud de las deficiencias de organización de dichas escuelas, como por la falta de preparación de su personal y, por último, que era aspiración suprema del Gobierno Constitucionalista velar de un modo efectivo por el progreso, el cual en la Nación dependía en gran parte de la mejor difusión de la cultura popular, rompiendo con los inveterados moldes de reservarla como patrimonio exclusivo de una clase privilegiada, tenía a bien establecer que el Gobierno del Estado, de acuerdo con lo que señalaba el artículo 1 de la Ley General de Educación Pública del 21 de julio de 1915, instituía en beneficio de la población campesina un establecimiento que tenía por base el trabajo y por finalidad la preparación de maestros para las Escuelas Rurales.
La Ciudad Escolar de los Mayas o Escuela Normal para Maestros Rurales procuraría el aprendizaje de industrias extractivas y manufactureras, los conocimientos necesarios para la vida; se establecería una Escuela Rural anexa al comenzar el tercer año para las prácticas de los futuros profesores; dependería del Ejecutivo; tendría el carácter de mixta y recibiría alumnos pensionados por las haciendas del Estado. A razón de uno o dos según sea la importancia de dichas haciendas y las becas estarían sujetas a la aprobación del Ejecutivo. Se establecía que la Ciudad Escolar de los Mayas, en virtud de la alta trascendencia de sus resultados, dependería directamente del Ejecutivo del Estado, con el fin de obtener la mayor rapidez en la tramitación de todo aquello que tendiera a la buena marcha del establecimiento; en tal concepto, sería el Ejecutivo quien resolvería todas las proposiciones que le presentara directamente la Dirección del plantel.
La Ciudad Escolar de los Mayas tendría el carácter de escuela mixta y recibiría alumnos pensionados por las haciendas del Estado, a razón de uno o dos según la importancia de aquéllas, y las becas estarían sujetas a la aprobación del Ejecutivo, quien también señalaría las haciendas que, dadas sus condiciones del momento, pensionarían a los primeros alumnos con quienes se inauguraría el primer año de trabajos escolares, así como determinaría el orden en que las fincas restantes fueran cumpliendo con dicha Ley en los años sucesivos. La estancia en el establecimiento sería de cuatro años comprendiendo los períodos de vacaciones en los cuales los alumnos aprovecharían propalar sus conocimientos en sus comunidades. Los alumnos que al término de cuatro años acreditaran todas sus asignaturas recibirían del Ejecutivo el título correspondiente y estarían obligados a prestar sus servicios en las escuelas que el Ejecutivo señalara, recibiendo la remuneración correspondiente.
El mismo Decreto daba a conocer el Reglamento de la Ciudad Escolar de los Mayas. La Ciudad Escolar funcionó por breve tiempo pues a menos de un año de su inauguración Alvarado dejaba el cargo de gobernador y, con ello, también el estado, quedando la administración de dicha institución en manos del nuevo gobierno, el cual no le dio la misma importancia que el gobierno alvaradista.
También debe destacarse el hecho de que algunas medidas implementadas con éxito por Alvarado durante su administración, fueron tomadas como modelo e implementadas en la Constitución Federal de 1917.