Luis Carlos Coto Mederos361El pescador
Un día me fui a pasear
y salí de pesquería,
y eso no es mentira mía
lo que le voy a contar.
Un caimán en alta mar
con una pita pesqué,
la barriga le rajé
y para que usted lo escuche:
durmiendo dentro del buche
un caballo le encontré.
Anónimo
362Viejo iracundo
Les voy a contar, señores,
un caso que me pasó,
una vez que tuve yo
con una chiquilla amores.
Tan linda como las flores
era el ángel que me quiso;
me dijo: Del compromiso
tan solo te falta ya
que le hables a papá
para pedirle permiso.
Este era un endemoniado
con machete a la cintura
y que hasta la empuñadura
tenía siempre afilado;
Yo le dije preocupado,
al verlo una mañanita:
Señor, yo adoro a su hijita.
Y me gritó con fiereza:
Cállate o en la cabeza
te rompo esa guitarrita.
A la semana siguiente
por insistirlo mi amada,
le pido otra vez la entrada
a aquel viejito indecente.
Se enfureció de repente
revoloteando el machete;
si un vecino no se mete
y lo ataja, ese malvado
a mí me hubiera cortado
el pescuezo o los “jarretes”.
Otro día en la sabana,
para poderlo evadir,
yo me tuve que subir
en una palma de cana.
Aquella misma mañana
me estuvo casi alcanzando;
busqué refugio temblando
en casa de Juan Simón,
y allí dijo el muy cabrón
que aquello era jugando.
El Vate de Loma Cruz
363¿Con bigote o sin bigote?
Un elegante bigote
el hombre tiene que usar,
para hacerse popular
como lo fue don Quijote.
Para que sea un azote
a la clase femenina,
el bigote lo apadrina
porque esa es la realidad,
que el hombre de actualidad
sin bigote no camina.
El hombre es más seductor
cuando bigote posea,
y a ella le gusta que sea
mientras más grande mejor.
Porque despierta el rubor
en cualquiera señorita
y se pone erizadita
desde los pies al cogote,
cuando se siente un bigote
haciéndole cosquillitas.
Si la pincha al darle un beso
porque es muy apasionado,
no es un desconsiderado,
la mujer goza con eso.
La mujer busca progreso
en el tipo interesante,
que sea chistoso, elegante,
y le exige, lo primero,
aunque no tenga dinero,
tener bigote abundante.
No es tan solo en el amor,
en el comercio, en el arte,
lo mismo que en cualquier parte
siempre el bigote es mejor.
Y cuando cualquier señor
en su bigote confía,
hasta por la economía
el bigote lo respalda,
porque toma leche y guarda
nata para el otro día.
Cualquier hombre más completo
teniendo bigote, luce,
porque el bigote seduce
y hasta inspira más respeto.
Un bigotico discreto
aumenta nuestros poderes,
y son tantos los placeres
que un bigotico reporta,
que cuando uno se lo corta
se lo piden las mujeres.
Miguel Alfonso Pozo