Síguenos

Última hora

Comerciantes de Chetumal temen que marcas en sus negocios sean hechas por delincuentes

Cultura

Ecos de mi tierra

364

La perra de Lucas Díaz

La perra de Lucas Díaz

está flaca como alambre,

y está ladrando por hambre,

no crean que es guapería.

La miseria y compañía

le han puesto mal el semblante;

él carne tiene bastante,

pero Lucas, con su intento:

dice aún que perro hambriento

es mucho más vigilante.

Anónimo

365

La bolita de mi barriada

Hay que ver lo tranquilita

que era aquí la madrugada

hasta que por mi barriada

apareció la bolita;

A las tres mi vecinita

le pregunta a la de al lado:

¿Sabes tú lo que han tirado?

y contesta doña Lola:

Muchacha, la misma bola

que mi hijito había soñado.

Timotea grita que

soñó con un perro muerto

y que su sueño más cierto

en la bolita lo ve.

Despierta en eso José

gritándole a don Donato

con diabólico arrebato.

Mire usted que buen botón,

juego el maldito ratón

y me arremeten el gato.

Se despierta doña Rosa

y le grita a Timotea:

Soñé ayer con jicotea

y van a tirar tiñosa…

El sapo y la mariposa

los cogió ayer Masvidal.

La locura es general

pues hasta a don Casimiro

le oí decir: No hay más tiro

que caballo o pavo real.

Es tan grande el alboroto

de la bulliciosa gente,

mi palabra, que talmente

da idea de un terremoto.

Trato de ponerle coto

a la bulla que me asedia;

y se aumenta la comedia

porque se levanta Petra

gritando: Cojan la letra,

porque hoy tiran la tragedia.

Blas López Morales

366

Un fajón y una defensa

Ya viejo me enamoré

de una damita guajira

por quien mi mente delira

y amarla yo le juré.

Pero jamás yo pensé

que ello le causara enojo,

tan solo al guiño de un ojo

me dice muy placentera:

Mude el catre, cae gotera

y es galleta con gorgojo.

Cual un viejo enamorado

las babas se me salían

todos de mí se reían

sin darme por enterado.

Pero al fin desesperado

le dije: ¡Luz de mis ojos!

Y cual espinas de abrojos

me hirió de lo más certera:

Mude el catre, cae gotera

y es galleta con gorgojo.

Me agradó su simpatía

yo seguí mis pretensiones

y mis gratas ilusiones

las soñaba noche y día.

En mi carta le decía:

Quiéreme dulce hechicera.

Me contestó: No hay manera,

no logrará sus antojos,

es galleta con gorgojo,

mude el catre, cae gotera.

Le decía: Bella diosa,

yo te llevaré al altar,

contigo me he de casar,

serás feliz y dichosa.

Me contestó presurosa:

No me diga majadera,

atienda a su compañera

hasta que cierre los ojos,

es galleta con gorgojo,

mude el catre, cae gotera.

El guajiro de Placetas

Siguiente noticia

La escena Brook