Ivi May Dzib Apuntes de un escribidor
El verano dio inicio, terminó el ciclo escolar y también terminaron las mejores ligas de fútbol del mundo, terminó la Champions, la liga de Europa, es decir, el futbol de calidad, pero nos depararon para estas fechas y para no aburrirnos la Copa América y la Copa de Oro para que veamos a nuestros ídolos rifársela en la cancha representando a su nación. El resultado de todo esto ha sido un fiasco, una muestra de que el dinero es lo más importante en estos tiempos y el público importa muy poco, total, es capaz de consumir cualquier cosa.
En la Copa de Oro una compañía telefónica dio la sorpresa con una promoción en la que invita a sus clientes a apostarle a su selección, ya que reembolsará el total de su compra si la selección queda campeona de la competencia, esto sí que ha sido un plus para los que han visto el certamen, ya que el nivel competitivo ha dejado mucho que desear. Aunque la promoción tampoco fue suficiente para atraer a las masas, ya que los equipos telefónicos ofertados fueron adquiridos rápidamente porque si de una cosa estamos seguros es que México quedará campeón de la copa, que sucediera otra cosa sería de escándalo, mismo que ha estado a punto de ocurrir en los últimos tres partidos.
La selección jugará este fin de semana la final de la Copa de Oro, muy posiblemente contra Estados Unidos, quien antes tendrá que eliminar a Jamaica. El paso de México ha sido perfecto, pero la perfección puede ser engañosa, el último partido que jugó, el de la semifinal, le ganó a Haití por la mínima diferencia, pero el triunfo se demerita ya que la victoria se obtuvo gracias a un penal inexistente y es que si de algo se quejaban los mexicanos es que en esta edición de la Copa de Oro no se contó con la tecnología del VAR que permite analizar mejor las jugadas, lo que al final terminó por ayudarle. México jugó la semifinal con Haití después de ganar a Costa Rica en penales, después de un empate a uno durante 120 minutos, ya que tuvieron que ir a tiempos extras donde México no pudo anotar un gol ante un rival que no ofrecía mucho, porque fue un partido parejo, en el sentido de que ningún equipo ofreció nada relevante. Los penales fueron de emoción, ya que en el primer tiro Raúl Jiménez falló, poniendo en desventaja a la selección tricolor, al final un fallo de los ticos y una atajada de Ochoa hicieron posible el triunfo de la selección.
México llegó a los partidos de eliminación directa luego de vencer en su grupo a Martinica, Canadá y Cuba. Equipos que, sin querer ser peyorativo, no tienen la posibilidad de competir contra las grandes potencias de la zona, ya que sus países están especializados en otras justas deportivas, incluso Martinica ni siquiera está afiliada a la FIFA ya que en teoría sigue siendo una colonia francesa, y fue precisamente Martinica el rival que más trabajo le costó vencer al seleccionado tricolor.
Este fin de semana se juega la final de la Copa de Oro, pero luego de ver el trayecto podemos decir que tampoco ganarla demostrará algo, porque independientemente que la selección haya cambiado de técnico y se esté apostando a otra forma de jugar, los directivos siguen poniendo partidos a modo que no permitirán que el nivel de la selección mejore y han arruinado la posibilidad de codearse con otras selecciones sudamericanas de nivel dentro de la COMEBOL. Pero lo peor de todo es que la Copa de Oro y la Copa América terminan siendo torneos aburridos, ya que los futbolistas están cansados de todo el año competitivo, están esperando a que esto termine para poder salir de vacaciones antes de dar inicio a otra postemporada y de nuevo la liga, ahí donde sí hay pasión, porque de tanto jugar cuando se llegan a estas instancias de selección nacional es visible cómo decae el ánimo.