Cultura

Lo que los yucatecos hacemos

Roger Aguilar Cachón

Los yucatecos somos algo fuera de serie, y es verdad, no sólo localismo, es una realidad que lo que nosotros hacemos nadie más lo hace en el mundo, eso nos caracteriza y hace originales frente a las demás culturas. Los yucatecos hacemos y decimos cosas que en ocasiones no son muy lógicas, pero es que así somos, lo que hacemos en nuestra vida diaria nos parece ya, tan natural, que no nos detenemos a pensar que solamente nosotros lo practicamos. Esto ocurre en todas las áreas de nuestra vida, cuando a veces sin pensarlo lo hacemos o decimos. Es por eso, que en esta colaboración, el de la letra hará referencia de aquello que nos hace diferentes a los demás. Seguramente, algunas hechos se me perderán en la memoria, pero trataremos, en un ejercicio nemotécnico, de recordar lo más que se pueda.

Solamente los yucatecos pateamos la pared al estar acostados en nuestra hamaca, práctica necesaria para proveernos de un poco de aire y agarrar fresco ante las inclemencias de las altas temperaturas, no hay casa-habitación que no tenga sus hamaqueros, aunque las nuevas generaciones no las utilicen, pero lo llevamos dentro de nosotros, está en nuestra genética el patear la pared. En la actualidad y en los nuevos fraccionamientos, esta práctica será un poco menos utilizada, ya que puede ser molestoso al vecino por la cercanía que hay entre casa y casa.

Nosotros los yucatecos, aquellos que aún hoy acostumbramos dormir en hamaca, en tiempos de frío y/o heladez (dos conceptos distintos), tenemos a la mano para amortiguar que el fresco nos llegue a la espalda cuando dormimos, un elemento que nos sirve como aislante, esto es usamos un cartón o periódico debajo de nuestra hamaca para que el frío no alcance nuestra hamaca y se pueda dormir bien, eso sí, hay que ayudarnos con un buen cobertor para que tenga buen efecto. Una vez convertida la persona en taco (por eso de envolverse en el cobertor), se procura y espera que la noche sea placentera sin frío ni heladez. Se procura no usar la sábana porque ésta queda muy fría.

El arte de hacer “chuc” el pan es una forma de comer en nuestro Yucatán, chuquear, ya castellanizado es meter en la taza de café o de chocolate, alguna pieza de pan para que se remoje y lo comamos mojadito. Hacer chuc tu pan es algo muy normal, desde temprana edad lo hemos visto y lo seguimos haciendo, claro está, en mayor o menor grado, según las reglas de etiqueta donde nos encontremos. De manera normal es algo común que se hace en la casa o en el trabajo, aunque hay personas que siendo de cuna humilde (es decir de clase vulnerable) reniegan hacer esta práctica.

No hay que olvidar las galletas animalitos, globitos o bizcochitos, que en cualquier época, ya sea con frío o calor, es llenar hasta el tope nuestra taza o pote de café o chocolate con alguna de estas delicias. Los yucatecos hacemos de ésta, una manera muy propia de comer este tipo de galletas, acucharadas veremos cómo desaparecen de nuestro recipiente estas galletitas, ya convertidas en sopa, pero que son muy buenas.

Nuestras mamás hacen que las comidas en ocasiones sean una pesadilla, no sé si alguno de mis caros o caras lectoras les haya tocado una mamá que sin importar si el calor está a 40 grados, nos sirvan para comer caldo caliente, eso es algo que sólo las mamás yucatecas hacen. Y no sólo la sirven sino que hay que tomarla o “gastarla” toda, siempre ante la mirada de nuestras madres,

De la misma manera, los yucatecos hacemos dzal el chile, es solamente rozarlo o apachurrarlo un poco con la tortilla o el francés para dar un poco de picor a nuestras comidas. Para las personas que como al de la letra le hace mal el chile, causa ardor y gastritis, en los últimos años y de vez en cuando se hace dzal para comer frijol con puerco u otra comida que lo requiera. Es algo tan bonito de hacer como el chuc.

En todas las culturas hay mucho temor cuando hay un niño recién nacido en la casa, ya que se evita por todos lados que pueda enfermar, para prevenir alguna eventualidad, los yucatecos hacemos unas pulseritas de hilo, de color rojo o negro para evitar que al niño le dé o contraiga el mal de ojo. Una enfermedad muy temida por los padres de niños pequeños porque es muy difícil de curar, pero con el antídoto, pulserita para evitar el mal de ojo, ya queda protegido el nene.

Una de las costumbres que los yucatecos tenemos y que ha trascendido fronteras, ya que su uso puede estar bien admitido en otros lugares, es el tomar la hach, que no es más que tomarse la última cerveza o trago. Entre amigos, cuando se reúnen es normal que cada uno dé su tanda o su ronda, y para terminar se pide al dueño del lugar o al anfitrión que sirva la última y nos vamos o sea la hach o la del estribo. Es bonito escuchar decir, la hach y nos vamos. Es de uso normal y se acostumbra en todas las clases sociales. En unas más que en otras.

Nuestra sociedad, en el mayor de los casos, católica, es muy afecta a realizar en sus casas rezos, rosarios o novenas en honor de determinado santo o santa. Y al concluir cada uno de los rezos, es costumbre dar algo de comer, ya sea horchata, donitas, o algún otro alimento o bocadillo, nosotros los yucatecos damos el tóox o ya castellanizado toch. Esto puede traducirse que el que hace la novena, rosario o rezo, da a los que van a rezar un poco de comida como agradecimiento. Es una costumbre que nosotros los yucatecos hacemos.

Los domingos son muy esperados por todos los yucatecos de todas las edades, no para cumplir algún compromiso de tipo religioso, sino para despertar temprano para ir a comprar la cochinita. Es una de las costumbres bien arraigadas, aunque esta comida puede ingerirse cualquier día de la semana, la de los domingos reviste de mayor importancia, ya sea en tacos o francés, es algo esperado y que de manera cultural, se pasa de generación a generación. Aunque últimamente es costumbre de algunas personas comer cochinita con algún refresco dietético o ligth.

Es posible que en otras ciudades del país se use también, pero los yucatecos hacen cosas que en el futuro pueden causar cierta hilaridad al que lo lleva, me refiero al uso de los nombres de personas famosas con apellido en maya, aunque también en los apellidos castellanos se usa, pero reviste de una sonoridad especial cuando se les pone un nombre gringo con apellido maya, por ejemplo Kevin Pech, o bien Brad Dzib, u otro nombre. Hay temporadas para cada nombre, durante la infancia del de la tinta muchos de sus compañeros tenían por nombre Wilberth o William, así que cada temporada aparecen niños en las escuelas con nombres raros, no dudamos que pronto veamos a algún Daddy, Maluma o Bad Bunny entre nuestros alumnos. Los yucatecos son muy afectos a poner nombres tanto a niños como a niñas, por ejemplo las Shirley, las Marilyn, entre otros. También de artistas nacionales son afectos los papás como el María Félix, los Pedros Infantes, Ana Bárbara, Paulina, etc.

Otra cosa que los yucatecos hacemos, aunque ahora en menor escala, es quemar basura. Durante la infancia del de la letra, era muy común que en el patio de la casa, en un rincón, se quemara la basura que se producía en las casas, sin importar si eran papeles de uso diario u otros de uso sanitario, todo se quemaba a la par. Era un humo constante y el mal olor que se desprendía en cada quemada. Ahora con la recolección de basura, se ha estado dejando esta forma de erradicar la basura, pero hay casos aislados aún y se sigue practicando.

Los yucatecos somos muy bien hablados y en ocasiones es común que los años pasen y sigamos usando algunas palabras al referirnos a una persona, ya sea del sexo masculino o femenino, me refiero a la palabra hija, que usamos de manera indistinta, para saludar, para pedir algo, para hacer referencia de alguna otra persona. Ahora hay otras personas que usan hija como despectivo, en vez de decir naco o naca, se escucha decir (…) es una hija, ¿no ves cómo se viste o como habla?

A los yucatecos no se nos agota el dinero o la comida, nosotros lo gastamos, cuando una persona de otra parte de nuestro país escucha que ya se gastó el dinero, queda con su cara perpleja, ya que nos dicen que significa gastarlo, ¿es algo como desaparecer? Y no, realmente nosotros gastamos el dinero, de allí viene la palabra gastada, la que nos daban nuestros papás ya sea en domingo o cada quincena.

Y para terminar esta nota, los yucatecos hacemos algo que nadie en el mundo hace, gustamos la tele, en otros lugares las personas ven los programas que se transmiten en el televisor, nosotros los yucatecos gustamos. Pero hay que mencionar que poco a poco, se va perdiendo eso que nosotros los yucatecos de antaño hacíamos y hay otras que seguimos haciendo.