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Cultura

El Bordado Yucateco

Roger Aguilar CachónUna riqueza cultural de muchos matices

La ropa ha sido siempre una manera de manifestar determinada posición social, es por eso que mientras la historia de la humanidad va evolucionando, lo mismo sucede con la ropa y sus características específicas para cada ocasión. La ropa da distinción y statuts social, hoy y siempre.

El vestido ha sido siempre un determinante en el desarrollo cultural de las sociedades, ropa con mayor ornamentación y una mejor elaboración mostraban una sociedad evolucionada y una evidente estratificación social. Esto es algo que hoy, en pleno siglo XXI, es muy importante para mostrar no sólo la posición social, sino una manera de decir, estoy a la moda y visto lo mejor.

No sólo era la manera de vestir lo que hacía distinguida a una persona dentro de una sociedad, sino que iba acompañada de elementos que hacían más vistosa la ropa que se portaba, peinados, adornos, pintura corporal, tatuajes y en ocasiones armas. Cada sociedad, a través del tiempo, ha contado con los recursos naturales para la confección de sus prendas y, en ocasiones, tenía que importar otros elementos para un mejor lucimiento. Las ceremonias civiles, religiosas y militares siempre han sido la ocasión idónea para el lucimiento de sus atuendos.

Las sociedades prehispánicas, altamente jerarquizadas, contaban con personas dedicadas a las labores de la confección de ropas y adornos adicionales, esto es, unas se dedicaban a la confección y pintado de las telas, otros se dedicaban a los adornos de la cabeza y demás partes de la cara, otras elaboraban tatuajes y había un sector de la sociedad artesanal que se dedicaba a una de las artes que tuvo mucha presencia tanto para adornos de personas civiles como para la elaboración de preciosos penachos, me refiero a los que practicaban el arte de la plumaria.

En Mesoamérica, el material que se utilizaba con mayor frecuencia era el algodón blanco y el pardo. En algunas ocasiones se utilizó el agave que proporcionaba fibras largas y duras. Entre la ropa o indumentaria que utilizaban de manera común los indígenas prehispánicos, se pueden mencionar:

El taparrabo, que consistía en un pedazo o fragmento de tela en forma cuadrada, que se doblaba y se amarraba en la cintura. Las tilmas confeccionadas en algodón, llegaban hasta el suelo y estaban ricamente adornadas para realzar un status privilegiado (los gobernantes y dignatarios usaban esta prenda). El xicolli, una camisa corta y sin mangas. Las faldillas masculinas estaban destinadas para ser usadas por gobernantes, dignatarios, sacerdotes y dioses (como se aprecia en algunas representaciones). Las armaduras, que estaban fabricadas con ropas acolchadas, sin mangas y cubiertas con piel. Toda esta ropa se rellenaba con algodón.

La prenda básica que la mujer prehispánica utilizaba era el enredo, desde el Período Formativo Medio hasta la llegada de los españoles, esta prenda era de uso diario, era una especie de bata elaborada con algodón. El quechquemitil y el huipil fueron prendas que usaron las indígenas para cubrirse el torso, costumbre que se extendió entre los mayas del Período Clásico. Las mujeres mayas utilizaban para ocasiones especiales enredos de cuerpo entero y en Teotihuacán usaban capas sobre los huipiles.

Las telas que usaban para su vestimenta eran teñidas con colorantes naturales, como el palo de tinte, el palo de Brasil, el palo de Campeche, la grana de cochinilla, el añil y ciertos caracoles marinos. Era importante el tratamiento que se daba a las telas, ya que a fin de cuentas, serviría para poder destacar al momento de lucir esas prendas. Para vestir de manera cotidiana, las mujeres mayas utilizan un hipil sencillo, algunos bordados a máquina y otros mediante una técnica denominada punto de cruz o “xok bichuy”. También hay algunas que colocan en sus hipiles bordados pintados a mano y otros que se consiguen en los mercados, siempre para dar una mejor vista a la ropa que se ponen. Hay que mencionar que las mujeres que bordan y tejen la ropa de uso diario y de fiesta, son protegidas por la diosa Ixchel, la diosa del tejido.

En nuestros días hay personas en los municipios y, aun en la ciudad, que utilizan el hipil como manera de vestir, y huelga decir que lucen de manera muy elegantes. Los hay de diversas telas y casi ya no son acompañadas con el famoso rebozo y las cadenas y aretes, son en el mayor de los casos de fantasía. Pero como se diría, dan el gatazo. Pero las antiguas mestizas no salen a la calle sin lucir sus verdaderas joyas, aretes de filigrana y alguna soguilla con alguna imagen de su devoción. Una mestiza sin oro, no es mestiza, eso se decía.

La ropa elegante por excelencia es, sin lugar a dudas, el terno, que consiste en un cuello cuadrado sobre puesto con bordados de variadas decoraciones y elaborados con hilos de vistosos colores. El hipil, en su parte inferior, se encuentra bordado de manera similar a la cenefa del cuello, lleva alforzas y un bello encaje. El fustán se amarra a la cintura y cae hasta los tobillos, el ruedo tiene el mismo bordado. Los zapatos algunos se encuentran bordados, aunque pueden ser lisos.

El bordado en Yucatán se caracteriza por la gran variedad de estilos y puntadas. El bordado se puede hacer a máquina o bien a mano. Entre las técnicas de bordado a mano se encuentran: el punto de cruz o xoc bichuy (xoc cuenta o numeración, bil, lo relativo a, y chuy costura o labor de aguja, cosa cosida). Hay otras técnicas, como cruz chuy, que consiste en tomar dos cuadros formando cruces. El dibujo tradicional son rombos de manera concéntrica y se llaman también bizcotela. El but bil chuy consiste en cruces en forma de estrellas. El xma nicté es una técnica que combina el bordado con el deshilado, se le conoce también como xmo lnbicté. En los años sesenta, aparece una técnica conocida como psicodélica o sicodélica y consistía en reproducir plumitas de variados colores. El mul chuy consiste en una lazada de tres puntadas rectas paralelas que se repite. También se le conoce como arreves chuy.

Entre las técnicas que se utilizan en el bordado a máquina, se pueden mencionar: el macizo, que consiste en rellenos que se hacen con puntos lanzados o en satín. Bordado muy cargado de vistosos colores, se lo conoce también con el nombre de matizado. Otra técnica es el sombreado, que consiste en “colorear” los dibujos para darles mayor volumen y resaltar los colores.

El calado se delinea con puntadas en forma de zigzag y posteriormente se corta la tela, tiene una variante llamado calado but. Para la técnica richeliu, los calados son más grandes y el dibujo se contorna de manera de zigzag. Las características de la técnica renacimiento, es que se asemeja a un encaje, esta técnica se elabora de manera muy general en color negro, aunque puede ser verde o de color café. La rejilla es una técnica muy bonita, consiste en un deshilado el cual agrupa hilos en formas variadas, rehiletes, abanicos, flores, etc.

En la actualidad, la labor del bordado, ya sea a máquina o a mano, representa un buen ingreso para la familia, aunque hay grupos de personas que se reúnen para bordar, hay otras que de manera personal lo hacen o bien hay también grupos que se dedican a la producción en serie para una mejor opción de venta. Hay localidades como Teabo, Maní, Tekit, Muna, Kimbilá, y otras donde son muy apreciados y valorados los ternos e hipiles. Cabe mencionar que siempre tener un terno de hilo bordado es un lujo por el costo que tiene, aunque también los de máquina lucen muy bonitos.

Así es, mis caros y caras lectoras, desde esta tribuna los invito a que vayan a un municipio a una alborada o bien a una fiesta de pueblo, donde se divertirán y admirarán los diferentes colores de los ternos, así como sus decoraciones y puntadas, pero si no quiere salir de la ciudad, siempre los lunes y domingos hay un programa cultural de la ciudad donde se representan varias escenas y el protagonista es el terno, aunado a la música y al baile de la jarana.

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