Conrado Roche Reyes
Cuando enfrentamos algún obstáculo muy grande, no basta el solo deseo o propósito. Es una necesidad, una obligación integrar la mente y el corazón. Así es más factible que salgamos avante. Lo digo por experiencia propia, pero, como es natural, el llevar a cabo lo anterior es harto difícil, ya que aun comprometiendo toda nuestra voluntad, siempre será difícil, pero factible.
Las grandes dificultades u obstáculos a los que tenemos que enfrentar durante nuestra vida, pueden ser capaces de anularnos por completo y caer en otras cuestiones más graves. Hay que meterle producto de gallina. Nadie se encuentra a salvo de los malos momentos y situaciones, así sean buenos o malos. Personalmente enfrenté una situación de enfermedad muy terrible e insidiosa y salí avante. A mí esta enfermedad me pela los dientes. De ese océano de malestar, nadie está a salvo. El destino nos puede deparar momentos buenos y otros muy malos.
En estos momentos de adversidad, atravesamos emociones muy poderosas como la tristeza, la impotencia, la frustración, etc. Ahora bien, hay un dato interesante que vale la pena tener en cuenta.
En estudios científicos realizados por expertos en la psicología, se demostró que las personas capaces de afrontar los momentos difíciles, adquieren valiosos aprendizajes para encarar el futuro con mejores recursos. Pero, cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos
Trabajar en la dirección correcta y sin descanso, con asiduidad, fue una buena idea para salir y ver la luz al final del túnel. Esto me aumentó el estado anímico. Ningún dolor dura eternamente si se trabaja en la aceptación y… adelante. Hay que imaginar que saldremos del problema. Imaginarme feliz cenando con mis hijos, de viaje con mi amiguísima. Y por muy mal que nos salgan las cosas, debí sacar tiempo, así sea poco, para hacer las cosas que me gustan, aunque sean pequeñas. Esos pequeños respiros nos desconectarán y mejorarán el estado de ánimo. No hay mejor manera de motivarse que tener la esperanza de que todo cambiará. Para ello, también es necesario creer en uno mismo y en que nuestras acciones cambiarán –lo hicieron– la situación y no dejarlo todo en manos de la suerte. El azar no es un buen aliado para luchar contra el enemigo, sea éste de cualquier índole.
Dedicado a mis amigos holandeses de la cafetería Pop, que hasta se levantan cuando me asomo para mirarme mejor. Uno de ellos está en un estudio sobre mi obra y vida. Gracias por tomarme tan en cuenta.