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Cultura

Dzoncauich de Paredes

José Iván Borges Castillo*Impresiones de viajero

Es la tierra de predilectos amigos. Tierra bonita de tradición memorial, de fiesta, de trabajo, de devoción, y de una historia aún por investigar, escribir y develarse.

Dzoncauich es un municipio enclavado en el norte del Estado, cerca de la costa yucateca. Un letrero que da la bienvenida, recibe al viajero con la frase que reza: “Dzoncauich. Tierra de gente trabajadora”, y en verdad lo es, el comercio, la ganadería, lo artesanal, hacen de esta tierra un punto importante en la geografía yucateca. Recuerdo muy bien la sabrosa horchata artesanal elaborada, que se comercializaba en los pueblos vecinos, y llegaba hasta mi mesa en el vecino pueblo de Tekal de Venegas. Las bonitas vaquerías del mes de abril en su fiesta tradicional, los domingos de fiesta con la procesión de la Virgen de Buctzotz que cada año visita el pueblo, la corrida de toros, y por tantas cosas tengo las gratas impresiones de este singular pueblo.

Tiene una fisonomía este municipio de singular y particular composición. Al rasgar las páginas de la historia, podemos mencionar que el origen de este pueblo se pierde en la densa bruma del tiempo pasado. Su nombre Dzoncauich nos habla de su origen maya y la gran cantidad de antiguos “mules”, o sea, plataformas arqueológicas dispersas por todo el poblado señalan que fue fundación maya prehispánica. Aunque en la temprana época colonial no se tenga registro del pueblo con el nombre actual, quizá estaba unida al antiguo pueblo de Tixtual que, al parecer, se perdió, y aún falta hacer una investigación exhaustiva sobre los orígenes de la encomienda y los primeros años de conquista de este pueblo. En la documentación colonial de la primera mitad del siglo XVII, aparece escrito el nombre de este pueblo como Zoncauich, Soncauich y Zumcauich. Con precisión aparece en la lista de encomiendas en 1638, cuando fue designada a Pedro Pablo de León.

Ya para entonces, las misiones de evangelización a cargo de la orden franciscana habían tenido lugar, los hijos de San Francisco de Asís bautizaron y al pie del recién levantado altar a la Santa Cruz bendijeron la unión de los abuelos de Dzoncauich, y con madera, palma, flores y verdor formaron y adornaron la primitiva iglesia de ese pueblo. Ahí se predicó y se enseñó la devoción a la Virgen María, no se puede hacer la historia de un pueblo yucateco sin hacer referencia a la historia del especial culto a la Madre de Dios. En el caso de este pueblo, una antigua plataforma maya dio lugar al nuevo templo católico, al que sirvió su elevada base y su material de piedra y escombro. En la segunda mitad del siglo XVII, el franciscano Fray Diego López de Cogolludo lo menciona: “la de San Juan Bautista de Zumcauich”. En la cuestión religiosa, fue puesto como pueblo de visita dependiente del convento de San Miguel de Temax, hasta 1755 cuando la orden franciscana se retiró de Temax y éste pasó a manos del clero secular con los curas párrocos. Fue hasta la década de los años 70, cuando por iniciativa del padre Avelino Carvajal López, se fundó la parroquia de Buctzotz, y pasó Dzoncauich a formar parte de ella, aunque con irregularidad, pues nunca fue segregada de Temax.

La antigua iglesia actual muestra las diferentes etapas de construcción que la constituyen. El frente una hermosa espadaña con detalles y remates, el frontispicio con su ventada de aire morisco y su puerta principal sobre la cual tiene una frase en latín en referencia a San Juan Bautista, el patrono titular, además de estar construida sobre una base maya, con sus anexos o casas cural y su cementerio colonial, cuyo arco aún permanece pero clausurado. La iglesia de Dzoncauich es una obra principal de patrimonio cultural.

Al regresar a un punto mencionado, es por el nombre de este pueblo que se entiende su origen maya. Los diferentes estudios señalan posiciones distintas sobre el significado del lugar, debemos mencionar en primer lugar el estudio del padre Antonio García, de mediados del siglo XIX, que señala: “El cazador Cauich; de dzon arma de fuego, cazador y Cauich apellido, en el mismo pueblo se dice que el fundador fue un indio cazador llamado Cauich”. El cura García fue párroco de Temax y atendía la iglesia de Dzoncauich, por eso pudo investigar el origen del pueblo, como el mismo refiere en su texto: “En el mismo pueblo se dice”. Sobre la etimología se pronunció al maestro Santiago Pacheco Cruz, quien escribe: “Escopeta de Cauich, por derivarse de las voces dzon escopeta, rifle y Cauich apellido indígena que se conserva. Seguramente jefe de la familia de este apellido fue fundador de este lugar y por eso le pusieron nombre ya que debió haber sido un buen cazador”.

Otros dos investigadores, Alfredo Barrera Vázquez y Domingo Martínez Paredes, concluyen que el significado del nombre del lugar hace referencia al Cenote de Cauich o al Cazador Cauich.

Por la tradición oral recogida por el maestro Jorge Várguez Eb, existió un cenote, en la actualidad clausurado en el lugar donde actualmente se encuentra el parque principal, el factor agua se vuelve determinante para la fundación de un pueblo. Y ambos, hombre y agua, dan lugar al origen de un poblado.

La entrada de Dzoncauich la forma un camino central que dirige a la plaza principal, el corazón geográfico de todo ese singular pueblo, casitas de paja y huano, algunas casas de mampostería levantadas desde sus cimientos hace unas cuantas décadas y en el centro del poblado algunas de sus paredes y muros son, desde luego, centenarias. Como ese ripio alto, que se encuentra en la esquina de la plaza, mojoneras, entradas a antiguos solares. Desde siempre, me ha parecido un lugar enigmático de una historia local, de eso que el maestro Luis González y González llamara la microhistoria. El alma de ese noble pueblo se deja entrever en sus construcciones, en sus rincones, en la amabilidad del trato de su gente. Otros caminos también llevan a Dzoncauich, por ejemplo, ese que viene de Chacmay y que llega a la plaza del lugar por la parte trasera de la iglesia y otro más antiguo que llega a Buctzotz.

La plaza principal la compone un conjunto especial de iglesia y palacio municipal, ambos centros de poder, uno divino y otro humano. Un parque con kiosco y árboles y bancas para recreación de los vecinos, y la plazuela donde tienen lugar las corridas de toros, en los baxa toros, tan tradicionales en las fiestas de pueblo en la península. A propósito, la fiesta de Dzoncauich tiene cabida en abril, todo gira en torno a la segunda semana de vacaciones, posterior, desde luego, a la Semana Santa. Dicen los antiguos que para pedir su protección contra epidemias y otros males, así como su intercesión para lograr buenas cosechas, se acordó desde tiempo inmemorial, traer en procesión a la Virgen de la Concepción, venerada en el pueblo vecino de Buctzotz, desde donde en solemne procesión la traían a pie, en el mes de enero, primero llegaba a Dzoncauich y posteriormente era trasladada a Temax, donde también se hacía novenario y fiesta. Fue quizá, en la década de los años 30, del siglo pasado, cuando Dzoncauich cambió para el mes de abril esos devotos traslados. La fiesta de este pueblo es de las más bonitas y singulares que tienen cabida en la región.

La población de este lugar la componen, desde luego, descendientes mayas y mestizos, a la que se le han sumado, a través de la historia, descendiente de negros africanos, coreanos, dándole el matiz de una pluralidad en su composición. En el palacio municipal se conserva una galería fotográfica de los alcaldes municipales y se aprecia en ellos los rasgos genéticos de mayas, mestizos y coreanos.

El municipio de Dzoncauich guarda momentos especiales en su historia. En esta actualidad, de calles, casas, comercio, piedras y árboles, todo nos habla de que son consecuencia de un rico pasado histórico aún por develarse y por escribir. Van desde su fundación histórica, las migraciones, las revoluciones sociales y políticas, y su empuje actual a la modernidad.

Su población, según el último censo general, asciende a poco más de 2, 849 habitantes, y más de la mitad es maya hablantes. Fue parte de la rica zona henequenera, y en su economía desde tiempo antiguo contaba con el henequén y el ganado. Este último, uno de los principales factores económicos actuales, con la apicultura.

Contiene el encanto especial que rodea a los pueblos yucatecos, ahí es la veta de leyendas antiguas que el maestro Jorge Várguez Eb ha aprovechado para el bien de la comunidad, con sus talleres de niños de primaria.

Cuenta con una comisaría llamada Chacmay, históricamente esta comisaría perteneció a Tekal de Venegas desde su fundación en la época colonial, pero en el siglo pasado; por conveniencia para los pobladores don Ignacio Peón, distinguido católico dueño de la hacienda Chacmay, solicitó al Congreso del Estado que se cambiara de jurisdicción municipal la mencionada hacienda, lo que se hizo efectivo el 4 de agosto de 1911.

En cuanto al poder civil, debemos destacar la presencia de un palacio municipal, compuesto por diferentes etapas de construcción. Sede del poder del Honorable Ayuntamiento municipal, desde la construcción en este lugar del antiguo ayuntamiento y la comisaría. Dzoncauich fue elevado a municipio libre y soberano el 10 de abril de 1928, y quedó esta fecha como memorable en los anales de la historia de este pueblo.

Debemos señalar algo de suma importancia, el apellido del pueblo, un agregado a su nombre en maya, que corresponde a Paredes. En el año de 1878, la Legislatura del Estado decretó que los Ayuntamientos y Juntas Municipales unieran su nombre al de un célebre héroe nacional o del Estado, lo que hizo que éstos sirvieran de lustre o divisa. La Junta municipal de Dzoncauich acordó, en sesión extraordinaria celebrada ese mismo año, tomar el apellido de Paredes por Eulalio Paredes, coronel del Ejército yucateco que destacó en la llamada Guerra de Castas, y que recuperó a Dzoncauich en julio de 1848, tras ser quemado y asaltado por los mayas rebeldes. El uso del nombre declinó en breve, solamente unas cuantas poblaciones yucatecas conservaron su apellido, como el caso específico de mi pueblo Tekal de Venegas, o de Dzilam de Bravo o González.

Tengo especial dedicación por Dzoncauich. Recuerdo bien que hace unos años, cuando era estudiante de preparatoria, organicé con la maestra Martha Canché Cocom un periódico mural en la iglesia con el tema de la historia de la Virgen de Buctzotz, cuya fiesta se estaba realizando en ese pueblo.

Si de algo estamos ciertos, es que falta escribir la historia del pueblo.

Mi gratitud al periódico POR ESTO!, cuya divisa de Dignidad, Identidad y Soberanía nos permite compartir estas cortas líneas.

*Unión de Escritores Comunitarios de Yucatán

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