Cultura

Los motivos de Los Beatles para no dar más conciertos

Conrado Roche Reyes

Cuando estaban en la cúspide de su fama Los Beatles, con la adoración del mundo hacia ellos y eran casi unas divinidades en la Tierra, al parecer, inexplicablemente, decidieron no presentarse en conciertos, lo que extrañó a todos sus admiradores. Debieron haber sido varias las causas. Ya no eran libres (el mismo caso de Elvis Presley), vivían presos en la cárcel de su popularidad. Les era imposible siquiera salir a la calle sin ser acosados por cientos de fanáticas y fotógrafos. Esa es una.

En el caótico concierto celebrado en el estadio Shea de Nueva York, ellos, en especial John Lennon, se quejaban de que no podían escuchar sus instrumentos debido a los gritos histéricos de las chicas que abarrotaron totalmente el estadio del equipo Mets de béisbol.

Sin embargo, la gota que derramó el vaso fue cuando actuaron en Manila, Filipinas, donde fueron recibidos como jefes de Estado, o como héroes por la multitud en el aeropuerto y en el trayecto al hotel.

Las Filipinas estaban gobernadas por entonces (1966) por el dictador y genocida Ferdinand Marcos y, a la sombra de él, una siniestra mujer, su esposa, Imelda Marcos, que era el poder tras el trono. Una mujer despótica, prepotente y muy cruel. Se consideraba de la realeza.

Después del agotador viaje y el agotador concierto, Imelda Marcos invitó a Los Beatles a su palacio para una comida, en la cual estarían los más altos e influyentes personajes del gobierno y sus hijos que los querían conocer.

Con toda cortesía, su manager Brian Epstein declinó la invitación y ellos, los músicos, agotados, decidieron quedarse a dormir en el hotel.

Esto enfureció a Imelda Marcos, porque era la primera vez que alguien le dijera un “no”. Ese día Los Beatles tocaron y después del concierto, las televisoras locales mostraron a la primera dama muy molesta, con sus invitados y los niños. Los locutores atacaron a Los Beatles –era la venganza de Imelda Marcos– diciendo que la primera dama había sido deshonrada por los músicos “deshonrando a todo el país”.

Los Beatles comenzaron a preocuparse, fue la primera ocasión que se dieron cuenta que además de sus adoradores, había fuerzas peligrosas en su contra (remember John Lennon) cuando al terminar el concierto, toda la seguridad que había estado protegiéndolos, había desaparecido sin avisar.

Al llegar al hotel, las puertas estaban cerradas con llave. Mientras esperaban en el coche para subir a su habitación, una turba apareció atacando el vehículo, golpeando las ventanas y los sacudían de un lado a otro mientras los insultaban –todos fueron mandados por Imelda Marcos–, el conductor del auto rompió las puertas de vidrio del hotel para que pudieran entrar. Sin embargo, fueron echados del hotel y recibieron amenazas de muerte –así son las dictaduras de salvajes–. Tuvieron que escapar por sus propios medios, y en el aeropuerto tuvieron que correr llenos de terror al avión, en medio de una fila de policías y soldados que intentaban golpearlos recibiendo duras patadas de los militares. Se resguardaron detrás de unas monjas. A pesar de todo, se les pidió 6,800 libras de “impuestos” para dejarlos despegar.

Fue la primera ocasión que sintieron que había gente que los odiaba tanto que era capaz de llegar al asesinato, por lo que dejaron de dar conciertos, y se dedicaron a hacer nada más grabaciones en estudios ingleses.