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Luis Carlos Coto Mederos

El siglo de oro del repentismo en Cuba (11)

Francisco Pereira (Chanchito): Nació el 29 de junio de 1947, en el pueblo de Los Palos, Municipio Nueva Paz, antigua provincia La Habana. Su talento artístico lo situó en el peldaño más alto entre los cultivadores de la décima cantada en Cuba. Gladiador incansable no daba ni pedía tregua sobre el escenario, lo que lo convirtió en una figura preferida del público. Murió repentinamente el 14 de enero de 1999 en San Nicolás de Bari, en la entonces provincia La Habana, a la edad de 51 años.

Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí): Nació el 30 de septiembre de 1922 en San Miguel del Padrón, La Habana. Improvisador, poeta, periodista y Premio Nacional de Literatura 1995. La crítica literaria no demoró en reconocerle el mérito de haber logrado la fusión de lo popular y lo culto. Es el más importante cultor de nuestra estrofa campesina. Falleció el 29 de diciembre del 2005 en La Habana.

1792

Tema: La tristeza (1)

Francisco Pereira vs

El Indio Naborí

Esta contundente controversia entre dos de los más importantes juglares de todos los tiempos se efectuó en la finca La Josefita, Melena del Sur, La Habana. Tomada del libro El Arte de la Fugacidad, de la investigadora Patricia Tápanes Suárez.

Francisco Pereira

Para complacer a Reyes,

novio de tantos amores,

que, en un tiempo de tractores

labró mis surcos con bueyes,

a veces, absurdas leyes

tornan la vida marchita.

Cantar a “La Josefita”

con el Indio soñador,

al más improvisador

el deseo se le quita.

Indio Naborí

Reyes, mi querido Reyes,

sufriste la patria esclava

cuando tu pueblo lloraba

y los hombres eran bueyes.

La más justa de las leyes

te dio la liberación

y creció tu corazón

cuando te dieron las siembras:

la gloria de cuatro hembras

y el orgullo de un varón.

Francisco Pereira

No pudo en tu casa haber

el orgullo de un varón,

porque se rompió el embrión

el día de la mujer.

La patria te vio crecer

frente a las malas acciones,

enero con perdigones

te dio tu juguete, Reyes,

y los que domaban bueyes

domesticaron leones.

Indio Naborí

Arribar a los sesenta

años en el mar, ¡qué es?

Llegar a puerto después

de atravesar la tormenta.

Pero tu salud aumenta

junto a tu familia en flor

y tú eres el labrador

que con idéntico celo,

igual cultivas el suelo

que cultivas el amor.

Francisco Pereira

Arribar a los sesenta

es llegar al mar ignoto

con el maderamen roto

y con las velas en venta,

es zurcir la parte cruenta

que nos regala una herida,

o llevar con mano erguida,

evitando los dolores,

cinco docenas de flores

al búcaro de la vida.

Indio Naborí

Un día cual hoy naciste

y nos duele que este día,

por un aire de alegría

vuele una paloma triste.

Junto a tu cuna no existe

lo reciente de una cruz,

hay luz y negro capuz

y no sé por qué poder

el día de la mujer

una santa te dio a la luz.

Francisco Pereira

Deja mi tristeza quieta,

aunque el pecho se me abulte,

porque no hay cruz que sepulte

el cadáver de un poeta.

Ojalá que haya una grieta,

o que vaya algún amigo

y abra en la tumba un postigo

de un centímetro aunque sea

para que mi viejo vea

que estoy cantando contigo.

Indio Naborí

Yo sé bien que él anheló

vernos en este contraste,

varias veces me invitaste

y nunca te dije no.

El encuentro no se dio,

tal vez quiso algo más serio

y hoy está en el cementerio

como el pez entre las redes

y oye tras de las paredes

inviolables del misterio.

Francisco Pereira

El añoraba este encuentro,

no porque yo grande fuera,

para que se te saliera

todo el poeta de adentro.

Yo soy mudo cuando entro

donde tu poeta gira;

si lo dicen, es mentira:

tú no tienes, soñador,

sucesor ni antecesor

en la décima guajira.

Indio Naborí

A tu padre conocí

cuando tú eras un pequeño

achinadito y trigueño

como el hijo que perdí.

Como consuelo sentí,

tu padre me dio ese bien;

me decía: vamos, ven,

con frases halagadoras

y, acaso por unas horas,

yo fui tu padre también.

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En la paz de estos desiertos.