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Cultura

Berlín filarmónico desea pasar la página

Pedro de la Hoz

Los directivos de la Filarmónica de Berlín decidieron pasar página ante la obligada inactividad de la institución en tiempos de coronavirus y se han enfocado en preparar condiciones para encarar la temporada 2020 – 2021, la cual prevén inaugurar, si las cosas salen bien, el viernes 28 de agosto.

Al anticipar detalles de la nueva temporada, el director titular Kirill Petrenko lo hizo con un triple objetivo: demostrar que se halla al frente de una orquesta que se ha propuesto mantener su vitalidad; asegurar el compromiso de importantes figuras con la programación, y despejar dudas tanto en el público habitual como el que debe responder ante los hitos prefigurados en la cartelera luego de un lapso de incertidumbres que no concluyen.

Ahora mismo en Alemania parece haber un repunte de la epidemia, tras el relajamiento de ciertas normas de aislamiento social. El lunes pasado, de acuerdo con una evaluación del Instituto Robert Koch, la tasa de reproducción de la enfermedad superó el índice de 1, es decir, que por cada caso confirmado se infecta más de una persona, lo cual debía preocupar a políticos locales, empresarios, comerciantes y ciudadanos que, sin medir consecuencias, pidieron el fin de la cuarentena.

Los intendentes de la Filarmónica y Petrenko confían en que el coronavirus, al final del verano, sólo sea un mal recuerdo. Lo que no está claro aún es si, como otras naciones han dispuesto, las actividades públicas en locales cerrados se desarrollen con aforos limitados.

Por lo pronto, Petrenko sueña en grande y le asiste un derecho ganado por el modo en que ha venido gestionando la situación crítica, que obligó la suspensión de conciertos y giras, el cumplimiento de contratos previos y la conclusión de proyectos sociales. Téngase en cuenta que esta es la primera temporada en la que el maestro ruso puede dedicar todo su tiempo a los Berliner Philharmoniker, concluido ya su contrato como titular en la Bayerische Staatsoper, de Múnich.

La autopista de la Filarmónica en el ciberespacio ha estado activa y el mismo Petrenko se encargó de diseñar una programación en la Digital Concert Hall que rebasó los tópicos de las llamadas playlists disponibles por estos meses en plataformas de diversas instituciones y medios.

Quienes accedieron a dicha alternativa toparon con la marcada intención de rendir homenaje a los directores históricos de la Filarmónica, de Wilhelm Furtwangler a Herbert von Karajan, de Claudio Abbado a Simon Rattle. El titular explicó al público potencial las singularidades de cada presentación, donde además de memorables registros de la orquesta a cargo de los conductores citados incluyó el testimonio audiovisual del retorno a la institución de Sergio Celibidache, tras 38 años de ausencia, el 31 de marzo de 1992 para dirigir la monumental Séptima sinfonía, de Anton Bruckner. Para darse gusto personal, lo cual no está mal, revivió la sesión del pasado 11 de enero, en la que llevó al público una partitura infrecuente, la Sinfonía en do menor, op. 27, del checo Josef Suk.

Pasa la sesión inaugural de agosto, Petrenko anunció un programa íntegramente de grandes autores alemanes: Passacaglia, de Anton Webern –fue la primera obra publicada del compositor, en 1908, y en ella se avizoran las nociones estéticas que introdujo en las etapas dodecafónica y atonal–; la Primera sinfonía, de Félix Mendelssohn; y la Cuarta sinfonía, de Johannes Brahms. Este concierto debía ser doblado pocos días después en Lucerna, pero la jornada en esa ciudad suiza está definitivamente cancelada.

La temporada se prevé suculenta. Contará con directores invitados como Daniel Barenboim, Herbert Blomstedt, Zubin Mehta, Andris Nelsons, Sir Simon Rattle, Daniele Gatti, Susanna Mälkki, Semyon Bychkov, Christian Thielemann o Tugan Sokhiev, entre otros. Además, se ha previsto presentar solistas como los violinistas Lisa Batiashvili, Baiba Skride y Frank Peter Zimmermann; o los pianistas Yefim Bronfman, Seong-Jin Cho, Igor Levit y Daniil Trifonov.

Destaca el debut con la orquesta del contratenor Philippe Jaroussky y el pianista Francesco Piemontesi. El francés ha llevado la cuerda de contratenor a niveles insospechados de excelencia no sólo mediante la interpretación del repertorio de los maestros barrocos, sino al redimensionar la canción contemporánea. En la última década, el suizo Piemontesi ha itinerado por las principales salas de Europa y Estados Unidos, cosechado el favor de la crítica y grabado registros convincentes como los que dedicó a la integral de la obra de Schumann para piano solo y a los preludios de Debussy. Ya declaró que para él el debut con la Filarmónica será una meta largamente añorada. Lo hará en septiembre con el Concierto no. 27, de Mozart, en una jornada dirigida por el joven y talentoso israelí Lahav Shani, quien también subirá por primera vez al podio del organismo filarmónico.

El fin de año tendrá sabor español. Los días 29, 30 y 31 de diciembre de 2020 la sala acogerá un programa donde se repetirá el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. Petrenko aseguró la complicidad de uno de los guitarristas de más empuje en la actualidad, Pablo Saínz Villegas, en quien muchos ven un continuador de Segovia en la ejecución de obras que reflejan la identidad peninsular, como Rodrigo. Otro gustazo que se dará Petrenko con la esperanza de conjurar la pesadilla de la pandemia.

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