Valiéndose de todo lo que esté en sus manos para sobrevivir a la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus, el Instituto de Arte de San Francisco (SFAI por sus siglas en inglés), no dudaría en algún momento del 2021 en vender el mural The making of a fresco showing the building of a city (La elaboración de un fresco que muestra la construcción de la ciudad) creado por el pintor guanajuatense Diego Rivera en el año de 1931.
Según el medio estadounidense Artnet, basándose en una carta emitida el 23 de diciembre del 2020, firmada por la vicepresidenta y decana de la institución, Jennifer Rissler, se lee que “todas las opciones” para salvar a la escuela están sobre la mesa y que la junta escolar votó por “explorar caminos y ofertas para dar en comodato o vender” el mural de Diego Rivera, valuado en 50 millones de dólares.
Aunque esta medida pueda ayudar a solventar compromisos financieros para el SFAI, parte de los integrantes de la junta han expresado su inconformidad por la posible venta. “Sería un crimen contra el arte y el patrimonio de la ciudad. Instituciones educativas deberían enseñar arte, no venderlo”, declaró un funcionario local.
Partiendo de comentarios de los integrantes de la junta, en una reunión efectuada el 17 de diciembre del 2020, la presidenta del SFAI, Pam Rorke Levy, les compartió que un comprador potencial sería el reconocido cineasta y artífice de la saga Star Wars, George Lucas, quien actualmente construye el Lucas Museum of Narrative Art en Los Ángeles.
La misma Rorke Levy declaró a Artnet, que hasta el momento han llevado a cabo una serie de conversaciones con varias instituciones sobre la posibilidad de “adquirir” el mural para “asegurar el futuro de la escuela y mantener su misión”.
Sin embargo, hasta el momento no hay nada oficializado sobre el mural del pintor mexicano.
El Instituto de Arte de San Francisco desde antes de la pandemia ya lidiaba con problemas financieros; ante la gravedad del asunto, piden a la comunidad artística su apoyo a través de donativos para conservar el espacio donde Rothko y Dorothea Lang impartieron clases y la fotógrafa Annie Leibowitz realizó sus primeras sesiones de fotos.