La 9ª Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) se aproxima a su clausura, pero continúa con una importante oferta cultural que puede consultarse en www.filey.org.
Hoy, en punto de las 16:00 horas, el escritor argentino Federico Falco presentará Los llanos, libro finalista del Premio Herralde de Novela 2020. La Sala Virtual Agustín Monsreal, accesible a través de la página web citada, así como las cuentas en Facebook de FILEY (@la.filey) y Librerías Dante (@Dante.Librerias), albergarán el evento.
“Fue una de las primeras cosas que aparecieron: la llanura argentina, la pampa argentina. Es un paisaje que conozco bien”, conversa con POR ESTO! Federico Falco. “Ahí crecí y vivió toda mi familia. Vuelvo a ella sistemáticamente. Es un paisaje que quiero mucho, pero con el que también tengo sentimientos encontrados. Es, por momentos, muy bello, y por momentos terriblemente desafiante para quien lo habita. Eso estaba en el origen de la novela: contar este paisaje que, también a nivel visual, es bastante ascético”.
Dibuja: “se puede representar la pampa con una simple línea horizontal dividiendo el campo al medio. Aparecerán dos espacios de color: el celeste y el ocre o marrón o verde de la tierra como línea de horizonte. Me pareció un desafío interesante hacer foco en eso y ver cómo llevar las cosas al detalle, cómo nombrar el paisaje y habitarlo”.
Al autor le pareció “que había una correlación bastante interesante con el momento que estaba viviendo el protagonista, que es uno de crisis. La vida que había imaginado para él mismo, ¡se le desarma! Entonces entra a una especie de meseta, de llanura, intentando rearmarse en el vacío, viendo qué sigue. El protagonista se había imaginado para sí una especie de línea ascendente de eventos, que es usualmente lo que nos pasa a muchos: primero estudiar, luego trabajar, luego ascender, luego casarnos, tener hijos y ahorrar para tener una casa más grande. El capitalismo se nos cuela y pensamos la vida como una línea que sube a lugares mejores”.
La novela no sólo aborda el duelo por una ruptura amorosa. El continuo cuestionamiento en torno a la escritura es eje. “Fue algo que dudé mucho, pero me pareció importante que el protagonista fuera escritor, que la escritura fuera su hacer, lo que le importa y donde pasa su deseo. Me interesaba pensar eso: ¿qué pasa cuando a alguien que se dedica a armar historias, pensando cómo ellas deben estructurarse y qué debe suceder en cada momento, ve desarmarse su propia historia? ¿Cómo actuará cuando se derrumban las estructuras que sostenían su escritura en ese momento? Hay diferencias entre lo que pasa en el mundo de la escritura, del arte, de la forma estética que organiza los materiales y lo que pasa en la vida, que no copia la forma de lo escrito. Me pareció interesante centrarme ahí, en buscar otro sistema de escritura cuando el que teníamos se viene abajo. Y también enfrentar al protagonista ante algo que puede suceder”.
Falco explica la posibilidad de una importante ausencia: “a veces, ya no hay deseo de escribir, y es válido dar ese espacio a esa falta de deseo. Quise dar cuenta de ese momento un poco terrorífico: ‘¡uy! Lo que yo sé hacer, no me gusta más, no me sale más’. Esa crisis vital es lo que lo empuja a la llanura, el lugar donde se volvería a encontrar”.
En algún momento de la novela, se revela el nombre del protagonista, que puede dar un guiño a la identidad del autor. Falco discierne: “no es una coincidencia; es un juego. La novela toca zonas cercanas a mi biografía, y hay partes del libro, como cultivar una huerta y habitar el paisaje, que vienen de mi experiencia. Durante mucho tiempo, el protagonista no tuvo nombre en la novela. Imaginé que todo el mundo creería que la voz del protagonista sería mi voz. Me pareció divertido avanzar sobre ese juego y prestarle al protagonista mi nombre, y construir en torno a la biografía del protagonista y en torno a mi propia biografía ese solapamiento entre ficción y realidad, entre las cosas que pudieron haber sucedido y otras que no”.
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JG