Por medio del conversatorio digital emitido por el canal INAH TV de YouTube, el investigador de la Universidad del Tepeyac, Arturo Montero García, señaló que la guerra por Tenochtitlan fue anfibia. Se peleó por tierra y agua ante un enemigo: los mexicas, quienes no acostumbraban enfrentamientos nocturnos, no combatían sin previo desafío ni lo hacían para matar, sino con el objetivo de obtener prisioneros para sacrificio.
Parar llegar a esta conclusión, el investigador sometió a una revisión a fondo a los hechos ocurridos hace 500 años donde especialistas postulan que la caída de Tenochtitlan más que una conquista de parte de los europeos (que sólo representaban 1% de los efectivos de combate) mientras el 99% lo constituían indígenas, en este contexto debiera mirarse como una verdadera revolución o una guerra “interétnica” que se saldó contra el grupo dominante, los mexicas.
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¿Cómo eran estos navíos?
García Montero dio a conocer un modelo concebido por él y los diseñadores gráficos y artistas de 3D Jesús Gerardo Medina y Thomas Filsinger, sobre cómo debieron ser los bergantines (barcos) usados en el asedio naval a México-Tenochtitlan. Una propuesta más confiable, basada en referencias históricas como cartografía antigua y estudios de arqueología experimental, realizados para un documental de Canal 22.
Estos bergantines, construidos el 28 de abril de 1521, tenían dos mástiles, bauprés y velas latinas. Los 13 bergantines armados debieron tener, en promedio, 12 metros de eslora, 5 metros de manga, 60 centímetros de calado y 50 centímetros de alzado; su propulsión era a velo y remo, además de un falconete en la proa para disparar, así como ballesteros y arcabuceros en los lados.
Los bergantines usados fueron embarcaciones ligeras construidas con la tala de árboles de La Malinche (volcán Matlalcueye), mientras los demás insumos llegaron de la costa del Golfo, además de que Cortés mandó cuatro naves a La Española (Santo Domingo) para comprar otra cantidad similar.
El arqueólogo refirió que el asedio a Tenochtitlan y Tlatelolco es considerada la batalla naval librada a más altitud de la historia antigua, a 2,250 msnm, y la primera en tierras continentales de América.
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RC